Un calambre puede arruinar el día de cualquiera. Esa tensión inesperada en los músculos, ese dolor que parece durar una eternidad… ¿Pensaste alguna vez en por qué nos dan calambres? Pues bien, entre las causas más comunes están la pérdida de líquidos y el esfuerzo excesivo sobre nuestros músculos. Pero, ¿sabías que también pueden ser un signo de falta de minerales como el calcio? Y aquí es donde entra en juego una vitamina muy importante: la vitamina D.
La vitamina D está directamente relacionada con estos espasmos musculares tan molestos. ¿Por qué? Porque este nutriente colabora con la absorción de calcio, un mineral que se encuentra en todo nuestro cuerpo y que juega un papel fundamental en la formación de tejidos óseos, como los huesos. Así es, la vitamina D es crucial para prevenir los calambres.
Pero eso no es todo. Según análisis de la revista científica National Geographic, la vitamina D también actúa en muchos otros órganos: participa en el movimiento de los músculos, interviene en los nervios que conectan el cerebro con otras partes del cuerpo y ayuda a combatir virus y bacterias del sistema inmunológico.
La vitamina D no es algo que se encuentre fácilmente en los alimentos, la mayor parte de esta vitamina que sintetizamos en el organismo es gracias a la exposición a la luz solar. Así es, la forma más fácil y práctica de obtener este nutriente es tomando sol. Pero también existen algunos alimentos que la contienen, como los pescados grasos (salmón, atún, trucha), la yema de huevo, los champiñones, la leche, el yogurt y los cereales.
Ahora bien, ¿cómo saber si tienes un déficit de vitamina D? Lo mejor es consultarlo con un médico, quien podrá solicitar análisis de sangre para determinar si hay una falta de este nutriente. Y será él o ella quien te recete, si es necesario, complementar tu dieta con suplementos ricos en vitamina D.
En resumen, si quieres decirle adiós a los calambres, presta atención a tu nivel de vitamina D. Tu cuerpo te lo agradecerá.
Fuente: La Nación.
