Luque se tiñó de violencia y caos, escenario que ganó rápidamente notoriedad en todos los medios nacionales. El conflicto inició en el estadio Feliciano Cáceres, donde Sportivo Luqueño enfrentaba a Trinidense por la fecha 17 del Clausura 2023.
Según informes de la Comisaría Tercera de Luque, la mecha que encendió el polvorín fue la detención de uno de los líderes de la barra brava del Sportivo Luqueño, conocida como “La Barra de Luque”.
El comisario Arnaldo Irala, a través de una entrevista para radio Ñandutí, explicó: “El muchacho fue llevado para su detención correcta y ahí se percató un grupo y comenzaron a reaccionar violentamente para rescatarlo”.
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Lo que sucedió después fue un estallido de violencia que dejó a más de uno boquiabierto. Los hinchas, enardecidos, comenzaron a destruir vehículos y lanzar proyectiles, generando un ambiente de zozobra en los habitantes de la zona.
Lo peculiar de este incidente es la “sorpresa” de las fuerzas del orden en la Comisaría Tercera. Según el comisario Rodolfo Sánchez, los agentes no estaban al tanto de la operación que llevó a la detención del sujeto.
En conversación con radio Monumental 1080 AM, Sánchez señaló que se sintieron sorprendidos por el operativo, pues estaban realizando un cateo de cédulas y controlando objetos de los aficionados cuando sucedió la detención.
El detenido, identificado como Ángel Melgarejo, tiene antecedentes por amedrentamientos con arma de fuego en las inmediaciones del estadio Feliciano Cáceres. “Si hubiésemos estado en conocimiento, la reacción policial hubiera sido distinta”, reconoció el comisario Sánchez.
Los implicados en la gresca, según las autoridades, ya fueron identificados y serán aprehendidos en las próximas horas. Pero la pregunta que queda en el aire es: ¿Hubo un fallo en la coordinación policial? ¿Pudo evitarse este estallido de violencia con una mejor comunicación entre las fuerzas de seguridad?
Fuentes: Versus/ Última Hora.
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