La doctora Nancy Garay, jefa de Cardiología del Hospital General Pediátrico Niños de Acosta Ñu, expresó su profunda indignación ante el reciente incremento de G. 5 millones en los salarios de los legisladores del país. Para ella, esta medida es un golpe directo al corazón del “pueblo paraguayo”, que sufre a diario las consecuencias de un sistema de salud colapsado.
“Es una ofensa, no solamente al sentido común, es una agresión al pueblo paraguayoC, declaró la doctora en una entrevista reciente. Sus palabras, cargadas de impotencia y frustración, reflejan la dura realidad que vive su hospital, que padece “carencias crónicas” de medicamentos e insumos vitales.
La situación en el Hospital Acosta Ñu es desesperada. La falta de recursos llevó a los padres de los pacientes a situaciones extremas, como la venta de sus electrodomésticos o el alquiler de sus cédulas de identidad para poder financiar los tratamientos de sus hijos.
En este contexto, el incremento salarial de los legisladores parece una burla cruel. Mientras los políticos disfrutan de un “buen pasar económico”, el personal del hospital lucha por salvar vidas con lo poco que tienen. Actualmente, el centro cuenta con apenas 90 funcionarios, y necesita duplicar ese número para poder atender adecuadamente a los pacientes.
Garay no se mordió la lengua al criticar a los parlamentarios, quienes parecen más interesados en “peleas estériles y vergonzosas a nivel público” que en enfrentar la crisis sanitaria. Instó a los legisladores a visitar escuelas y hospitales, para que conozcan de primera mano la realidad que viven muchas familias paraguayas.
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Pero no todo es desesperanza. A pesar de las enormes dificultades, el hospital sigue adelante, gracias al esfuerzo de su personal y a la generosidad de donantes privados. Recientemente, un niño de cinco años llamado Milan Alexander López Ovelar pudo ser operado para conectarle a un corazón artificial gracias a una donación privada de G. 30 millones.
La historia de Milan es solo un ejemplo de las muchas vidas que están en juego en el Hospital Acosta Ñu. Según la médica, hay alrededor de 1.000 pacientes en lista de espera para un trasplante, y cinco casos son considerados prioritarios. Sin embargo, mientras los legisladores sigan priorizando sus propios intereses por encima de la salud del pueblo, el futuro de estos pacientes sigue siendo incierto.
La jefa del nosocomio concluyó su entrevista con un llamado a la conciencia de los políticos: “No me interesa estar bien con ningún gobierno de turno. Quiero que respeten el trabajo y el nivel profesional, académico y asistencial que le damos a este servicio”.
Fuente: Última Hora.
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