¿Sabías que las hormonas pueden modificar la estructura cerebral durante el ciclo menstrual? Así lo revela un innovador estudio liderado por las neurocientíficas Elizabeth Rizor y Viktoriya Babenko, de la Universidad de California. Este hallazgo, publicado en la prestigiosa revista Biorxiv, plantea una nueva perspectiva en la investigación de la salud femenina y abre la puerta a futuros estudios sobre trastornos de salud mental relacionados con la menstruación.
El proceso de menstruación, estigmatizado a lo largo de la historia, ha sido largamente ignorado en las investigaciones científicas. Sin embargo, este año 2023 ha marcado un hito en la visibilidad y comprensión de este fenómeno natural. En agosto, por primera vez, se testaron productos de higiene menstrual con sangre real, reemplazando el característico líquido azul de los anuncios televisivos por una representación más fidedigna.
El estudio de Rizor y Babenko va un paso más allá, demostrando que la fluctuación de hormonas durante el ciclo menstrual -y no solo en los días de sangrado- provoca alteraciones en la materia gris y blanca del cerebro. Aunque aún no se conoce cómo estos cambios afectan al funcionamiento cerebral, este descubrimiento sienta las bases para futuras investigaciones.
Para llevar a cabo este estudio pionero, el equipo combinó técnicas de neuroimagen y análisis hormonal. Se midieron los niveles de hormonas gonadales (estrógenos y progesterona) y gonadotropinas (FSH, LH y hCG) en 30 mujeres menstruantes. A través de la resonancia magnética, se estudió la estructura cerebral de estas mujeres en las diferentes fases del ciclo menstrual, correlacionando los datos con los niveles hormonales medidos en sangre.
Los resultados mostraron que, momentos antes de la ovulación -cuando aumentan los niveles de luteinizante y 17β-estradiol-, los cerebros de estas mujeres presentaban cambios en su materia blanca, lo cual supone una transferencia más rápida de la información a través de las fibras nerviosas. Además, se observó que una mayor presencia de progesterona se relaciona con la disminución del volumen del líquido cefalorraquídeo y el aumento de la materia gris. No obstante, el volumen total del cerebro no se alteró en ningún punto del ciclo menstrual.
¿Qué implicaciones tienen estos cambios en el funcionamiento del cerebro? Aún es desconocido. Sin embargo, este estudio, junto a otra investigación realizada en 2017 que desmiente el mito de que la regla afecta a la función cognitiva, abre nuevas rutas para continuar estudiando este y otros procesos fisiológicos relacionados con la salud femenina.
Hasta ahora, la menstruación era un terreno poco explorado por la ciencia, y la información existente estaba cargada de estigmas y sesgos. Sin embargo, en pleno siglo XXI, con estudios como este, la deuda de la ciencia con las mujeres está en camino de ser saldada.
Fuente: National Geographic