¿Confiás en tus recuerdos? ¡Pensalo dos veces!

El misterio de nuestra mente es tan grande como su capacidad de sorprendernos. ¿Te ocurrió que sentís certeza de un recuerdo, para luego darte cuenta que no sucedió exactamente así? O peor aún, ¿que nunca sucedió? El fenómeno de los recuerdos falsos nos acompaña más de lo que quisiéramos reconocer.

Todos hemos experimentado ese inusual instante donde confiamos ciegamente en haber vivido o presenciado algo, para después darnos cuenta que nuestra memoria nos jugó una mala pasada.

Como decía un reconocido pensador, “somos nuestra memoria”, y si esta resulta ser una amalgama de recuerdos exactos y ficticios, ¿qué nos dice eso de nosotros mismos?

La psicóloga Julia Shaw, del prestigioso University College de Londres, dedicó gran parte de su vida a estudiar la memoria autobiográfica.

Ella compara nuestros recuerdos con figuras de arcilla aún húmedas; cada vez que las tocamos, cambian de forma, y no siempre reflejan la realidad original. A veces, sin duda, esos cambios provienen de influencias externas. De hecho, Shaw realizó un experimento en el que indujo recuerdos falsos en estudiantes. ¡Y no cualquier recuerdo! Los llevó a creer que habían cometido crímenes que, en realidad, jamás sucedieron.


Pero no te alarmes, esto no quiere decir que todos tus recuerdos sean mentiras. La psicóloga Elizabeth F. Loftus, pionera en la investigación de la memoria, enfatiza que los recuerdos no son estáticos; más bien, se reconstruyen cada vez que los recordamos. Esta reconstrucción puede estar influenciada por numerosos factores, desde la forma en que nos preguntan sobre un evento, hasta la información que adquirimos después de que sucedió.

Ahora bien, ¿qué implica todo esto en el ámbito legal? Si consideramos que los testimonios de víctimas y testigos son fundamentales en muchos juicios, resulta crucial reconocer la influencia de los recuerdos falsos. Expertos como Shaw y Loftus fueron convocados en juicios para analizar la validez de los testimonios. Y es que, cuestionar la memoria de alguien puede introducir esa “duda razonable” que puede voltear un caso.

Es comprensible que esta realidad genere preocupación, especialmente en casos de delitos sexuales donde los recuerdos de las víctimas son cruciales. Sin embargo, es esencial no desestimar automáticamente un testimonio basándonos en la ciencia de la memoria. Lo que sí es crucial, como apunta Shaw, es educar al público.

El desafío reside en aprender a diferenciar y entender cómo nuestra memoria puede cambiar con el tiempo. Y si sos testigo de un evento significativo o te sucede algo importante, registrá esa experiencia fuera de tu mente para preservarla de la mejor manera posible.

Fuente: BBC.

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