La posibilidad de encontrar vida más allá de nuestro planeta dejó de ser una mera utopía para convertirse en una cuestión de tiempo. La pregunta que resuena en la mente de astrónomos y científicos no es si existe vida en otros rincones del universo, sino cuándo la encontraremos.
En un universo infinito, con incontables estrellas y planetas, la idea de ser la única forma de vida inteligente parece cada vez más improbable. La profesora Catherine Heymans, astrofísica del Real Observatorio de Edimburgo, lo expresó con claridad: “Ahora tenemos la tecnología y la capacidad para responder a la pregunta de si estamos solos en el cosmos”.
Uno de los avances más emocionantes fue el Telescopio Espacial James Webb (JWST) de la NASA, que recientemente detectó indicios tentadores de vida en un planeta fuera de nuestro sistema solar. Este hallazgo marca un hito en la búsqueda de vida extraterrestre y abre nuevas perspectivas para futuras investigaciones.
Los telescopios modernos tienen la capacidad de analizar las atmósferas de planetas distantes en busca de signos de sustancias químicas que solo podrían ser producidas por organismos vivos, como en el caso de un gas encontrado en la atmósfera del planeta K2-18b, ubicado a 120 años luz de distancia. Este planeta se encuentra en la llamada “zona Ricitos de Oro”, donde las condiciones son adecuadas para la existencia de agua líquida, un ingrediente esencial para la vida.
El profesor Nikku Madhusudhan, del Instituto de Astronomía de la Universidad de Cambridge, lideró el estudio y afirmó que, si se confirman los indicios, “cambiaría radicalmente la forma en que pensamos sobre la búsqueda de vida”. Incluso si K2-18b no revela señales de vida, hay una lista de otros diez planetas en la mira, y la posibilidad de un descubrimiento importante en los próximos cinco años es real.
Para ampliar nuestras capacidades de investigación, la NASA está planeando el Observatorio de los Mundos Habitables (HWO) para la década de 2030. Este observatorio permitirá estudiar las atmósferas de planetas similares a la Tierra y traerá avances significativos en nuestra comprensión de la habitabilidad planetaria.
Además, el Telescopio Extremadamente Grande (ELT), que estará ubicado en el desierto chileno, tendrá un espejo de 39 metros de diámetro, lo que le permitirá observar con gran detalle las atmósferas planetarias.
Mientras algunos investigan planetas distantes, otros centran su atención en las lunas heladas de Júpiter, como Europa. Los científicos creen que estas lunas podrían albergar vida bajo su superficie helada, y misiones como Clipper de la NASA y Juice de la Agencia Espacial Europea (ESA) están programadas para explorar estos mundos fascinantes.
Incluso en nuestro propio Sistema Solar, la búsqueda de vida está en marcha. El rover Perseverance de la NASA está recogiendo muestras de un antiguo delta de río en Marte en busca de posibles microfósiles. La esperanza de encontrar rastros de vida antigua en nuestro vecindario cósmico sigue viva.
La pregunta que todos se hacen es si podría haber vida inteligente en algún lugar tratando de contactarnos. El Instituto de Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre (Seti) modernizó sus métodos y busca señales de comunicación de civilizaciones alienígenas con enfoque y determinación.
Fuente: BBC.