En un despliegue inmenso de humanidad y solidaridad, la familia de un joven de 13 años, quien perdió su vida a causa de la picadura de un alacrán, decidió donar sus órganos, dando así una segunda oportunidad a cuatro pacientes en espera.
El doctor Hugo Espinoza, director del Instituto de Ablación y Trasplante (INAT), destacó este gran acto de generosidad de parte de la familia del joven. “Es un ejemplo para todos”, resaltó el médico, quien aplaudió la valentía de la familia para tomar tal decisión en medio de su dolor.
Los órganos aptos para el trasplante fueron dos riñones y las córneas. El corazón no fue incluido debido a una miocarditis detectada durante los estudios.
Esta mañana comenzaron los trasplantes. Los afortunados beneficiarios son cuatro personas que estaban en lista de espera y que ahora ven una luz al final de su largo túnel.
Dos de ellos son pacientes del Hospital Central del Instituto de Previsión Social (IPS). Un joven de 17 años y una mujer de 36, ambos esperando esta oportunidad para mejorar su calidad de vida, recibirán los riñones.
Las córneas del donante, extraídas por la Fundación Visión, se preservarán para ser implantadas en pacientes con problemas visuales, mejorando así su calidad de vida.
El adolescente falleció este miércoles tras pasar varios días en la terapia intensiva del Hospital General Pediátrico Niños de Acosta Ñu. Su pérdida es un golpe duro para todos los que lo conocieron, pero su legado vivirá en aquellos a quienes dio una nueva oportunidad de vida.
Fuente: Última Hora.
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