En las serenas noches de Minga Guazú, un acto de maldad pura vino a perturbar la paz de una joven de 27 años, quien vivió una experiencia que nadie debería enfrentar.
La noche del último sábado, mientras el silencio cubría las calles del tranquilo distrito de Alto Paraná, un hombre cuya identidad fue ocultada por una capucha, irrumpió en la vivienda de la víctima, dando inicio a horas de terror que quedarán grabadas en la memoria de la joven.
Según relató la víctima a las autoridades, todo comenzó cuando la puerta de su casa fue violentamente abierta por un individuo de tez morena, complexión delgada y estatura media.
El intruso, vestido con un short vaquero de color azul y portando un quepis, no dejó nada a la vista, su rostro permanecía oculto tras una capucha que le cubría por completo. La escena, descrita por la joven, recuerda las peores pesadillas que uno podría tener.
El invasor, armado con un cuchillo, la amenazó y forzó a permanecer inmóvil en la cama. Con el filo del cuchillo exploraba su piel, en una supuesta búsqueda de un tatuaje que, según él, le habían ordenado encontrar para ejecutarla.
La víctima fue maniatada con un abrigo, y en medio del pavor que la invadía, fue sometida a un acto de violencia sexual indescriptible.
Una vez consumado el repugnante acto, el hombre no se detuvo allí, se llevó el celular de la marca Xiaomi, modelo Note Redmi 11, de color azul, el cargador y un par de auriculares de la mujer, dejando atrás un rastro de miedo y desolación.
La joven, con un valor inquebrantable, logró liberarse una vez que el delincuente huyó de la escena y se dirigió a la subcomisaría más cercana para reportar el hecho.
Las autoridades, encabezadas por el agente fiscal en lo Penal de Turno, Osvaldo Zaracho, ya iniciaron una investigación exhaustiva para dar con el paradero del responsable de este acto vil.
Fuente: Última Hora.