Clan Rotela domina cárceles del país, según criminólogo

El Clan Rotela, una de las organizaciones criminales más temibles de Paraguay, encontró en las cárceles del país una especie de santuario y centro de operaciones.

Según Juan Martens, un reconocido criminólogo, estas prisiones se convirtieron en verdaderos fuertes para la banda, que poco a poco va extendiendo su dominio a lo largo y ancho de la nación.

Desde las celdas y patios de las penitenciarías, los miembros de este clan, dirigido por Armando Javier Rotela, se mueven con una libertad que desafía la lógica, planeando y ejecutando actos delictivos tanto dentro como fuera de los muros.

La situación es tan grave que Martens sugiere el completo desmantelamiento del penal de Tacumbú, una de las bases principales de la banda, como medida radical para desarticular la estructura criminal.

Tacumbú, descrito como un laberinto sin orden ni lógica en la distribución de los reclusos, simboliza el fracaso del sistema de justicia y penitenciario paraguayo. Pero el problema no se limita a una sola prisión; la influencia del Clan Rotela se extiende por varias cárceles en el interior del país y zonas fronterizas.

La gravedad de la situación es tal que Martens no duda en calificarla como una emergencia nacional.

Las cárceles, que deberían ser instituciones para la rehabilitación, se convirtieron en caldos de cultivo para el crimen organizado. Mientras tanto, los reclusos de alta peligrosidad como Rotela gozan de un trato que desafía toda norma de seguridad y control.

El perfil del líder del clan, Rotela, es de alto riesgo y requiere un tratamiento especial, siendo crucial su traslado a una instalación de máxima seguridad.

El criminólogo Martens enfatizó la necesidad de reducir la población carcelaria y, a largo plazo, reconvertir Tacumbú en un museo o plaza, redistribuyendo a los reclusos en otros establecimientos con mejores condiciones y mayor seguridad.

El Clan Rotela no solo representa una amenaza en el ámbito carcelario; su red criminal se extiende por diversas ciudades, vinculándose con el narcotráfico y otros actos delictivos que corroen la estabilidad y la seguridad del país.

La ineficacia mostrada por las autoridades, especialmente por el ministro de Justicia, Ángel Barchini, según Martens, solo agrava la situación. La única manera de enfrentar esta amenaza y recuperar el control sobre las instituciones penales es mediante una acción interinstitucional sólida, que involucre al Ministerio Público, el Poder Judicial y el Ministerio de Justicia.

Fuente: Última Hora.

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