En el corazón de Minga Guazú, un descubrimiento alarmante sacude a la comunidad. Una comitiva judicial-policial, en pleno proceso de desocupación de una propiedad invadida, tropezó con una realidad sombría: la tala ilegal de árboles.
La propiedad, situada en el kilómetro 10 Monday de Minga Guazú, a unos 10.000 metros de la ruta PY02, había sido ocupada por Clotilde Benítez Vda. de Benítez, de 60 años, Ismael Duarte Benítez y Mirian Elizabeth Escobar. Mariela Escobar también habitaba el inmueble.
Durante la intervención, se detectó que frondosos árboles habían sido talados y aserrados en el mismo lugar.
Además, se encontró un tractor sin carcasa, evidenciando aún más la gravedad del delito ambiental. Las firmas afectadas son Pety SA y Establecimiento Vanguardia, propietarios legales de la finca.
El fiscal Orlando David Quintana tiene ahora el caso en sus manos. La investigación debe desentrañar a los responsables de este ecocidio, un delito que pone en jaque no solo nuestra flora nativa, sino también nuestra responsabilidad como custodios del medio ambiente.
La tala ilegal es una amenaza real y urgente para nuestro entorno natural. Los árboles son el pulmón de nuestro planeta, y su desaparición acelerada contribuye al cambio climático y a la pérdida de biodiversidad.
Este descubrimiento en Minga Guazú pone de manifiesto la necesidad de una vigilancia más rigurosa y sanciones ejemplares para los infractores. No podemos permitir que nuestros bosques sean aserrados por la codicia.
El futuro de nuestro país depende de la salud de nuestros bosques. Hagamos todo lo posible para protegerlos y preservarlos para las generaciones futuras. En nuestras manos está el poder de cambiar el curso de esta historia y asegurar un Paraguay verde y próspero para todos.
Fuente: ABC.
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