Las alarmas continúan sonando en la Penitenciaría Nacional de Tacumbú. La crisis desatada el pasado martes con el violento motín liderado por el grupo criminal conocido como “clan Rotela”, ha llevado a los guardiacárceles a negarse a ingresar al recinto penitenciario, alegando falta de garantías de seguridad.
José Espínola, portavoz del Sindicato de Guardiacárceles de la Penitenciaría Nacional de Tacumbú, hizo un llamado a las autoridades nacionales para que brinden las garantías necesarias a los funcionarios penitenciarios. Espínola expresó la incertidumbre y miedo que reina entre los guardias, quienes temen no poder salir una vez ingresen al penal.
La crisis en Tacumbú se agravó cuando miembros del clan Rotela se amotinaron, tomando control del establecimiento y manteniendo como rehenes al director del penal, Luis Esquivel, y otros veinte funcionarios penitenciarios. El motín culminó con la muerte de un interno, José Carlos Giménez.
Se presume que este acto violento fue una respuesta del clan Rotela a un plan gubernamental para reducir el número de internos en la superpoblada cárcel de Tacumbú. El objetivo es disminuir la población carcelaria de 2.763 a aproximadamente 1.500, facilitando así una incursión policial para extraer al líder de la organización criminal, Armando Rotela.
Espínola criticó duramente la gestión de la crisis por parte del Ministerio de Justicia y su titular, Ángel Barchini. Aunque no exige la renuncia del ministro, Espínola insiste en que Barchini debería haber presenciado in situ la realidad de Tacumbú.
El drama en Tacumbú pone de manifiesto la grave situación del sistema penitenciario paraguayo, donde la superpoblación carcelaria y la presencia de grupos criminales organizados amenazan constantemente la seguridad de los internos y los trabajadores penitenciarios.
Los guardiacárceles aguardan ansiosos por las garantías que les permitan retomar sus labores sin miedo a perder la vida.
Fuente: ABC Color
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