Foto: Generada por IA
En un grito unánime que resuena en los pasillos del Hospital Psiquiátrico de Asunción, ciudadanos organizados en el Movimiento Solidario Corriente de Salud Mental demandan el fin del sistema de encierro psiquiátrico. Este modelo, afirman, ya ha sido descartado en países del primer mundo por su ineficacia y potencial daño a los pacientes.
El Hospital Psiquiátrico de Asunción, apodado “el Neuro”, es señalado como parte del problema y del sufrimiento que padecen los pacientes que necesitan tanto internación como tratamiento para enfermedades mentales. Lamentan que el actual director, el doctor Aldo Castiglioni, justifique las denuncias de golpizas, abusos e incluso muertes alegando la falta de recursos.
Los miembros de este movimiento sostienen que la solución al problema no es simplemente un aumento de presupuesto ni la reconversión del “Neuro” en un “centro de atención de urgencias psiquiátricas”. Alertan que, mientras no se modifique el sistema manicomial, todo cambio será “superficial y encubridor”.
El modelo manicomial actual, basado en la “discriminación por locura”, el encierro como supuesta terapia y la psiquiatría como única voz autorizada, debe ser reemplazado. Mejorar las condiciones edilicias, afirman, no garantiza que las prácticas de tortura y maltrato cesen, sino que representa “un grosero abordaje cosmético para tapar el problema real”.
La organización propone un cierre progresivo del Hospital Psiquiátrico y su sustitución por dispositivos de salud mental comunitaria, generando servicios voluntarios de internación de salud mental en los hospitales cabecera.
Invitan a toda la sociedad a repensar “por qué avalamos que existan estas cárceles psiquiátricas”.
Fuente: ABC Color
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