La vida en la calle Dora Gómez de Acuña de Luque ha tomado un giro comercial. Lo que antes era un acceso directo al Hospital de Luque, ahora es un escaparate de ventas ambulantes y un mar de motocicletas estacionadas.
Esta transformación no solo cambió la estética del lugar, sino que creó un obstáculo logístico para las ambulancias que necesitan entrar y salir del hospital con rapidez.
Las ambulancias enfrentan demoras significativas, lo que puede ser fatal en situaciones de vida o muerte.
La congestión es tal que incluso los que transportan a los pacientes optan por quedarse en doble fila, exacerbando el ya congestionado acceso.
Desde la dirección del hospital, se informó de un plan para desalojar a los comerciantes asentados en la vereda del nosocomio.
Sin embargo, muchos vendedores, algunos de los cuales estuvieron operando en el área por casi dos décadas, alegan que no fueron notificados por la municipalidad.
María Pereira, una vendedora de chipa que estuvo vendiendo en el área por 17 años, reflejó la sorpresa y preocupación de muchos. La posible reubicación amenaza su sustento y el de muchos otros comerciantes.
La situación pone de manifiesto un dilema complejo. Por un lado, está la necesidad imperante de mantener despejadas las vías de acceso para las ambulancias. Por otro, está el sustento de los comerciantes informales que encontraron en este lugar un punto de venta estratégico.
Fuente: ABC.
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