Productores en plena manifestación en Paraguarí. Foto: Reinaldo Gayoso.
En un acto de desesperación y reivindicación, cientos de productores de papas y cebollas en Paraguarí han tomado una medida drástica: cerrar las rutas. La razón de su protesta es el contrabando rampante de estos productos desde Argentina y Brasil, una situación que está estrangulando su economía y amenazando su subsistencia.
El epicentro de esta manifestación se ubica en la zona de Cruce Mandarina, en la localidad de La Colmena. Los agricultores reclaman una reunión con el presidente de la República, Santiago Peña, y con las autoridades del Ministerio de Agricultura. No tienen miedo de elevar su lucha a la capital si no obtienen respuestas.
La magnitud de la crisis es abrumadora. Los agricultores tienen alrededor de siete millones de kilos de papas y cebollas que están a punto de perderse porque no pueden competir con los precios bajos de los productos de contrabando.
“Basta ya de contrabando”, “Protección a la producción nacional”, son los lemas que resuenan en los carteles que portan los manifestantes.
Como una forma simbólica de mostrar la gravedad de su situación, los productores esparcieron en el asfalto restos de su cosecha que se destruye debido a la falta de compradores. En un mercado saturado por productos de contrabando, los compradores escasean en la zona.
Los productores están pidiendo un precio justo por sus productos y exigen que las autoridades tomen en cuenta su situación. Están luchando por su derecho a trabajar en un ambiente libre de competencia desleal y exigen que el gobierno implemente medidas para proteger la producción nacional.
Esta protesta es un grito de auxilio de los productores paraguayos, quienes ven cómo sus medios de vida se desvanecen ante una competencia injusta. Su lucha no solo es por la supervivencia de su industria, sino también por la justicia económica y la soberanía alimentaria del país.
Esperan que esta medida drástica sirva como una llamada de atención para las autoridades y para toda la sociedad paraguaya. El contrabando no solo afecta a los productores, sino también a la economía del país y a la calidad de los alimentos que consumimos. La necesidad de una solución urgente es innegable.
Fuente: Última Hora
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