Astronauta latino varado en el espacio regresa a casa tras récord de estancia

El astronauta latinoamericano Frank Rubio ha tocado tierra después de estar varado en el espacio durante meses. Este viaje, que no salió como estaba planeado, llevó a Rubio a recorrer cientos de millones de kilómetros y a batir récords.

A bordo de la nave Soyuz MS-23, Rubio regresó a la Tierra tras 371 días en el espacio, convirtiéndose en el astronauta de la NASA con más días continuos en el espacio y en el primer hispano en lograrlo.

Rubio, de 47 años, aterrizó en la cápsula de descenso rusa procedente de la Estación Espacial Internacional (EEI) a las 11:17 GMT en la estepa kazaja, al sureste de Zhezkazgan, junto a los cosmonautas Serguéi Prokópiev y Dmitri Petelin. Al salir de la Soyuz, el astronauta de la NASA, sonriente, dijo que “es bueno estar en casa”, es decir, de vuelta en la Tierra.

Rubio, nacido en Los Ángeles pero de origen salvadoreño, es el primer hispano en lograr esta marca de días acumulados en el espacio. Esto, a pesar de solo haber completado su primera misión a bordo de la plataforma espacial. En sus últimas declaraciones desde el espacio, Rubio subrayó que “es un gran honor representar a los hispanos.”

El astronauta reconoció que, de haber sabido antes de comenzar su entrenamiento para esta misión que estaría más de un año en la EEI, “probablemente hubiera rechazado” la oferta de la NASA, principalmente porque se ha perdido importantes eventos familiares durante el año que pasó en el espacio.

Rubio logró sus récords no porque su misión iba a durar más de un año, sino porque estuvo varado durante más de seis meses en la EEI. Este récord fue posible gracias, o a pesar de una avería.

La agencia espacial rusa, Roscosmos, detectó una avería en el sistema de refrigeración en el casco exterior de la nave debido al impacto de un micrometeorito.

La recuperación de Rubio tardará entre dos a seis meses en Tierra. Una vez llegado a su casa californiana desde Houston, a donde le trasladará un avión de la NASA procedente de Kazajistán, solo quiere “abrazar” a su esposa y a sus hijos por un tiempo. Y “disfrutar de los árboles y del silencio” en su jardín, ya que en la EEI hay un constante ruido de máquinas.

 

Fuente: DW

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