Camiones retenidos. Foto: Telefuturo.
Este viernes, el termómetro alcanzó niveles alarmantes en Clorinda, frontera con Paraguay. No obstante, el calor no fue el único desafío que enfrentaron los camioneros que transportaban gas licuado de petróleo (GLP) y se encontraban retenidos en la Aduana de Argentina.
Un conductor argentino sufrió las consecuencias de las elevadas temperaturas y se descompensó, requiriendo asistencia médica inmediata.
Esta situación disparó las alarmas no solo por la vulnerabilidad de los trabajadores ante las condiciones climáticas, sino también por el riesgo inherente de transportar materiales inflamables.
A pesar de la adversidad, los camioneros han demostrado una admirable resiliencia, ayudándose mutuamente y contando con el apoyo de los residentes locales.
Sin embargo, no esconden su descontento y desesperación. Las declaraciones de uno de los afectados dejan claro el sentimiento general: “Me da mucha vergüenza, somos simples trabajadores… queremos que esto se solucione urgentemente”.
A la preocupación sobre las condiciones de salud de los camioneros, se suma la amenaza real y latente de una posible explosión debido a las cisternas cargadas de GLP.
Las válvulas de seguridad, diseñadas para liberar gas a determinada presión, podrían activarse, elevando exponencialmente el riesgo en la zona.
El cónsul paraguayo, ante la emergencia, brindó asistencia a los camioneros y espera que la situación se regularice pronto.
Por otro lado, la retención de los camioneros parece enmarcarse en un contexto de tensiones diplomáticas entre Argentina y Paraguay, lo que añade un componente político al ya complejo escenario.
Fuente: Última Hora.
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