El papel que desempeña el yodo en nuestro organismo es, sin duda, de vital importancia.
Aunque suele pasar desapercibido, su presencia en la sal que consumimos diariamente es crucial para el bienestar de grandes y pequeños.
Los beneficios del yodo van desde la síntesis de las hormonas tiroideas hasta el óptimo desarrollo cerebral.
Un déficit de este mineral puede desencadenar graves problemas de salud, afectando principalmente a niños, niñas y mujeres embarazadas.
Los desórdenes por deficiencia de yodo (DDY) abarcan desde el bocio y retraso mental hasta el cretinismo, alertó el Ministerio de Salud Pública.
Dado que la sal es un ingrediente constante en nuestras comidas, se convierte en el vehículo perfecto para la yodación. Esta estrategia busca asegurar un consumo adecuado de yodo en la población. Según las recomendaciones nacionales, la sal debe tener entre 20 a 40 mg/kg de yodo.
Desde 1992, Paraguay trabaja en pro de combatir los DDY. El Programa Nacional de Control y Prevención es liderado por el Instituto Nacional de Alimentación y Nutrición (INAN), una entidad vinculada al Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social. Su meta principal: lograr la yodación universal de la sal destinada al consumo humano y animal.
Si bien la sal yodada es beneficiosa, es vital no exceder su consumo. La recomendación general es no superar los cinco gramos diarios para evitar enfermedades crónicas no transmisibles. Además, un exceso de yodo podría acarrear enfermedades como el hipertiroidismo.
Toda persona tiene el derecho y deber de ser contralor de la calidad de la sal yodada que consume. Es fundamental revisar la etiqueta del producto al comprarlo. En caso de anomalías, se puede denunciar a través de denuncias@inan.gov.py.
Fuente: Última Hora.
Esta web usa cookies.