Asteroide Bennu. Foto: Xataka
En un notable giro de eventos, la NASA ha solicitado la ayuda del Observatorio del Vaticano para analizar muestras de un asteroide. Esta colaboración entre una de las principales instituciones científicas y una de las entidades religiosas más importantes del mundo subraya que no existe un conflicto inherente entre la fe y la ciencia.
El Observatorio del Vaticano, también conocido como la Torre de los Vientos, cuenta con una impresionante colección de restos de meteoritos. A lo largo de los años, ha desarrollado técnicas y dispositivos especializados para su estudio, convirtiéndose en un recurso valioso para la comunidad científica global.
El hermano Robert J. Macke, curador de la colección del observatorio del Vaticano, ha perfeccionado técnicas para medir la densidad y la porosidad de los meteoritos. Su experiencia y dedicación han llevado a la creación de un picnómetro óptimo, un dispositivo que cumple con las estrictas normas de conservación de la muestra de la NASA.
Esta colaboración entre la NASA y el Vaticano es un hito en la exploración espacial. Al combinar sus conocimientos y recursos, estas dos instituciones pueden desentrañar los misterios del universo y avanzar en nuestra comprensión del cosmos.
En última instancia, esta colaboración demuestra que la fe y la ciencia no sólo pueden coexistir, sino que también pueden trabajar juntas para el avance del conocimiento humano.
Fuente: Xataka
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