En un tranquilo asentamiento en Tava’i, Departamento de Caazapá, un acto sin precedentes sacudió a la comunidad: el asesinato de un niño de 12 años, cuyos detalles desafían la lógica de un robo común.
El Comisario César Diarte, a cargo de las investigaciones, relató un suceso que parecía sacado de una trama de misterio. Cinco personas encapuchadas irrumpieron en una vivienda. El niño, en un acto valeroso, intentó defenderse con el revólver de su padrastro, pero fue sorprendido por un disparo letal que terminó con su vida.
Lo que confunde es la actuación de los delincuentes post homicidio. No mostraron interés en robar el hogar ni pedir rescate, llevándose solamente el arma del menor y una motosierra, esta última encontrada posteriormente abandonada, reportó Última Hora.
Diarte mencionó posibles conexiones con desacuerdos pasados, dando a entender que la clave del asesinato podría radicar en un conflicto anterior. “Hace un mes, el padrastro del niño tuvo un altercado en el Chaco. Estamos cotejando esta información para esclarecer el caso”, declaró.
La afirmación de que los delincuentes podrían ser locales, debido a la dificultad de acceso al lugar y a las recientes lluvias, añade otro nivel de complejidad al caso. Las conexiones familiares y el conocimiento previo del terreno sugieren que el homicidio pudo tener motivaciones personales.
La Policía Nacional se mostró optimista respecto a la resolución del caso. “Tenemos muy buena información y estamos en el camino correcto”, aseguró Diarte. Sin embargo, el misterio que rodea al asesinato del menor plantea más preguntas que respuestas, y la comunidad espera ansiosamente justicia.
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