Javier Milei, el candidato presidencial liberal más votado en las primarias de agosto, propone una solución extrema para la enésima crisis inflacionaria argentina: abandonar el peso y adoptar el dólar.
Según Milei, eliminar la emisión de moneda para financiar el déficit del Estado, que él identifica como la causa principal de la devaluación crónica del peso, sería un paso fundamental para terminar con la inflación.
A pesar de la tentativa de la idea de Milei, la mayoría de los economistas locales, incluyendo otros opositores liberales, rechazan la idea de dolarizar.
Argumentan que la dolarización requeriría una cantidad significativa de dólares, algo que Argentina no tiene actualmente.
El economista independiente Juan Manuel Telechea estimó que el canje de pesos en 2022 demandaría ya unos USD 55.300 millones de dólares.
La propuesta de Milei ha resonado con algunos ciudadanos argentinos, especialmente aquellos que se sienten agobiados por la inflación constante.
Sin embargo, muchos también expresan preocupaciones sobre las posibles consecuencias de una dolarización, incluyendo la pérdida de control sobre la economía nacional y la reducción de salarios medidos en divisas.
La propuesta de dolarización de Milei ha abierto un debate necesario sobre cómo abordar la crisis inflacionaria en Argentina.
Aunque la solución puede parecer atractiva en el papel, los expertos advierten que la implementación podría ser altamente problemática y potencialmente perjudicial para la economía a largo plazo.
La discusión subraya la necesidad de un enfoque equilibrado y bien pensado para resolver los problemas económicos de Argentina.
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