Tras un encuentro crucial entre Santiago Peña, presidente de la República, y el ministro de Economía y presidenciable argentino, Sergio Massa, en Mburuvicha Róga, se agitó el panorama de la política regional.
El canciller paraguayo, embajador Rubén Ramírez Lezcano, tomó el frente de las declaraciones asegurando que Argentina “suspendería” el cobro del peaje en un segmento específico de la hidrovía.
El propósito detrás de esta pausa sería, según indicó, la elaboración de una “propuesta integral” que mejoraría todo el sistema de navegación de la hidrovía Paraguay-Paraná. En este contexto, se busca potenciar el Comité Intergubernamental de la Hidrovía (CIH), el ente encargado de garantizar el acuerdo regional.
Sin embargo, el panorama dio un giro cuando, más tarde, el ministerio de Transporte argentino difundió un comunicado, contradiciendo al canciller y asegurando que el peaje continuaría vigente.
Ante esta discrepancia, la Cancillería Paraguaya expresó públicamente su descontento, enfatizando el compromiso que las autoridades argentinas habían adquirido en su encuentro con el presidente Peña, de acuerdo al informe de Última Hora.
Cabe destacar la relevancia de esta vía fluvial, con 3.200 kilómetros de ríos navegables, capaces de potenciar exponencialmente el “transporte de carga y de mercancías”.
Sergio Massa, por su parte, resaltó la necesidad de implementar herramientas tanto binacionales como multilaterales que supervisen y valoricen las obras asociadas a la hidrovía. Aunque Argentina busca recaudar USD 50 millones con este peaje, Massa enfatizó que tal suma “no puede comprometer una relación de hermandad entre Argentina y Paraguay”.
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