Las primeras informaciones indican que los maleantes tenían un plan bien estructurado. Cuatro de los cinco delincuentes tomaron como rehén a una empleada de la familia Urbieta, aprovechando que esta poseía una llave de acceso a la vivienda.
Mientras, el quinto miembro de la banda se dirigió a la casa de la trabajadora, sometiendo a su hija adolescente y a su marido. Una niña de tan solo ocho años dormía, ajena al peligroso evento.
Dentro de la residencia del político, los asaltantes, armados y con pasamontañas, golpearon a los miembros de la familia Urbieta, dejándolos en un estado de shock. Posteriormente, fueron trasladados a un centro asistencial para recibir atención, según informa ABC TV.
Después del hurto de dinero en efectivo, cuyo monto exacto todavía se desconoce, los delincuentes dejaron abandonada una camioneta utilizada durante el operativo cerca del lugar del incidente.
El quinto maleante llegó al sitio en una motocicleta perteneciente a la hija de la trabajadora secuestrada.
En el momento actual, se desconoce el paradero exacto o el medio de transporte que utilizaron los delincuentes para escapar.
Sin embargo, la Policía de criminalística y agentes del Ministerio Público ya están inspeccionando el vehículo abandonado en busca de pistas.
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