El Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), liderado por Claudia Centurión, enfrenta una creciente presión de las principales cámaras constructoras del país, debido a una abultada deuda pendiente que asciende a unos USS 400 millones.
Recientemente, se desarrolló una reunión entre la titular de Obras Públicas y representantes de las empresas constructoras, incluyendo a Paul Sarubbi, presidente de la Cámara Vial Paraguaya (Cavialpa). El encuentro buscó establecer un diálogo claro respecto al monto adeudado que, según Sarubbi, ya ha generado intereses de hasta 100 millones de dólares.
A pesar de las exigencias tanto de Cavialpa como de la Cámara Paraguaya de la Industria de la Construcción (Capaco), no se ha definido un plazo fijo para saldar la deuda. “Va a depender de la velocidad con que el Gobierno pueda actuar. Primero es necesario determinar el monto final de la deuda”, señaló Sarubbi.
Para determinar esta cifra, es esencial la colaboración del Ministerio de Hacienda y, posteriormente, la aprobación del Congreso Nacional, reportó Última Hora.
Una propuesta considerada es la emisión de bonos estatales, ya que, según Sarubbi, “cualquier deuda que el Estado emita es más asequible que la acumulación mensual que enfrentan las empresas”. La razón es que las constructoras deben enfrentar tasas de interés elevadas en el mercado, mientras que el Estado, al tener garantías soberanas, accede a tasas menores.
Un asunto preocupante es el pedido realizado al Banco Central del Paraguay (BCP) para evitar la reducción de la calificación de las constructoras en el sistema financiero nacional. Sarubbi manifestó su descontento al señalar que “nos metemos en un círculo vicioso en el cual nos bajan las calificaciones y las obras no avanzan”.
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