Desde su creación en 2009, los BRICS buscan reafirmar su influencia económica y política, contrastando con potencias como Estados Unidos y la Unión Europea. Este bloque busca un equilibrio multipolar, alejándose de instituciones tradicionales como el Banco Mundial y el FMI.
La exclusividad del bloque no ha detenido a otros países. Al menos 40 naciones han expresado interés en unirse, incluidas potencias como Argentina e Irán. La creación en 2015 del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), que pretende ser una alternativa a las instituciones financieras tradicionales, es un gran atractivo.
La 15ª cumbre de los BRICS estuvo marcada por tensiones debido a la posible asistencia del presidente ruso, Vladimir Putin. Con un mandato de arresto en su contra por parte de la Corte Penal Internacional, la cumbre tuvo que adaptarse, eligiendo al ministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, como representante de Rusia.
Cuestionando la dominancia del dólar en el comercio internacional, países del bloque, como Brasil y China, buscan establecer intercambios comerciales en monedas locales, desafiando el statu quo financiero actual.
Los BRICS desean establecer su propia clasificación internacional de universidades, rompiendo paradigmas y enfrentando posibles sesgos políticos que excluyen a instituciones de sus países.
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