¿Un Presidente en desacuerdo con la historia? Santiago Peña, desata controversias al reescribir la historia del país.
Recientemente, el presidente Santiago Peña señaló en un discurso que Paraguay fue una “potencia” en sus primeras décadas de vida independiente, destacando la introducción del ferrocarril bajo Carlos Antonio López. Según Peña, esto convirtió a Paraguay en la primera nación de Sudamérica con este medio de transporte.
Sin embargo, el historiador Luis Verón refuta tajantemente estas afirmaciones. Según Verón, Paraguay no fue el primer país sudamericano en contar con un ferrocarril, sino el sexto.
Verón enfatiza que “en América, nuestro país tuvo ferrocarril en el noveno lugar y en Sudamérica estuvo en el sexto lugar y no el primero como los falsificadores de la historia quieren hacer entender”.
Además de sus afirmaciones sobre el ferrocarril, Peña también ha cometido errores en sus declaraciones anteriores. En una entrevista con CNN a principios de este año, Peña erróneamente situó el Laudo Hayes como la resolución del conflicto de límites entre Paraguay y Bolivia, cuando en realidad la disputa fue con Argentina.
La versión de la historia presentada por el presidente Peña revive una narrativa nacionalista, en la que Paraguay emerge como una nación que fue injustamente obstaculizada en su camino hacia el progreso. Sin embargo, los expertos critican esta versión como una interpretación selectiva y errónea de la historia.
Esta no es la primera vez que un líder político utiliza la historia de manera selectiva para construir una narrativa nacional. En un momento en que Paraguay enfrenta desafíos económicos y sociales significativos, el presidente Peña parece estar utilizando la historia como una herramienta para fortalecer su liderazgo y generar unidad. Pero, ¿a qué costo? Los historiadores argumentan que manipular la historia para fines políticos puede ser peligroso y socava la educación y la comprensión pública de los eventos pasados.
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