Sebastián Marset. Foto: Captura
Desde la clandestinidad, Sebastián Marset, el presunto narcotraficante uruguayo de 32 años buscado en el marco del operativo A Ultranza, ha divulgado este sábado un segundo video.
En su intervención, ha asegurado que entregarse a la policía “no es una opción”, despreciando la capacidad de las autoridades bolivianas para detenerlo.
En un tono provocador y seguro, Marset informó al ministro del Gobierno, Eduardo Del Castillo, que solo le teme a Dios y que la policía boliviana no es rival para él: “Soy bastante inteligente para ustedes, para no decir que son muy burros, suena un poco mejor decir que soy más inteligente nomas. No subestimo a la policía, pero a la boliviana sí”, expresó.
La comunicación se ha tornado aún más compleja y tensa con la mención de su crítica a las detenciones realizadas, descalificándolas como irrelevantes, ya que solo se han capturado a personas sin vinculación directa con sus actividades ilícitas, tales como cocineros, jugadores de fútbol, lavadores de autos y taxistas.
Además, Marset ha querido aclarar que no ha mandado ninguna amenaza a ningún periodista, deslindándose de responsabilidades por mensajes intimidatorios enviados a profesionales de los medios. “Las cosas que yo envío van a saber bien porque pongo mi cara, un video o van a escuchar mi voz, así es que no me hago cargo de esa estupidez que hicieron”, declaró.
Marset también reveló que ya no se encuentra en Bolivia, aumentando la incertidumbre sobre su paradero actual. Insistió en que seguirá eludiendo la búsqueda policial y se jactó de estar “lejos”.
Por último, Marset defendió a su familia y especialmente a su hermano Diego, afirmando que todos sus documentos son legales y originales, y subrayó su origen uruguayo y brasileño.
La reaparición de Sebastián Marset en este nuevo video ha despertado una gran conmoción y ha planteado nuevos desafíos a las autoridades encargadas de su captura.
La tensión y las expectativas en torno a este caso continúan creciendo, mientras el escurridizo presunto narcotraficante sigue en libertad y burlándose abiertamente de la justicia.
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