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Acueducto Agua para el Chaco: 11 años de puras promesas

El Acueducto Agua para el Chaco enfrenta graves problemas técnicos y falta de financiamiento, dejando a las comunidades sin agua por meses.

Las comunidades indígenas, los ganaderos y agricultores sufren por la falta de agua. Foto: Christian Meza-LN

Desde hace ocho meses, los pobladores del Chaco paraguayo enfrentan una dura realidad: portones cerrados, canillas vacías y reservorios de agua secos. El tan esperado Acueducto Agua para el Chaco, una obra destinada a proporcionar una red funcional de distribución del vital líquido, ha presentado graves problemas técnicos en su Fase 1, con alrededor de 100 km de cañerías rotas debido a la propia presión del agua.

El proyecto del Acueducto para el Chaco se inició en 2012 con la promesa de estar concluido en un año. Sin embargo, han pasado más de diez años y continúa incompleto. La Fase 1 implicó la construcción de una planta de captación y tratamiento del agua en Puerto Casado (Alto Paraguay), así como la instalación de una red de distribución de 203 km desde Puerto Casado hasta Loma Plata.

La planta de tratamiento, toma y aductora de agua cruda, así como un tanque reservorio de 5.000 m3 y una estación de bombeo principal, estuvieron a cargo de la empresa CDD SA, con un costo de más de G. 39.595 millones en ese momento. Los trabajos de colocación de la cañería fueron adjudicados en dos tramos: el primero a cargo del Consorcio PS y el segundo al Consorcio ABH Taivo Constructora.

Sin embargo, tras la finalización de la Fase 1, las obras se detuvieron durante siete años debido a la falta de financiamiento. En 2019, se retomaron los trabajos con la licitación para las Fases 2 y 3, que incluían la construcción de reservorios de gran capacidad y la conexión a las comunidades.

Desafortunadamente, las Fases 2 y 3 tampoco han podido operar debido a las fallas en la Fase 1. El Consorcio Chaco, encargado de estas partes del proyecto, afirmó que las obras fueron entregadas al Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), pero no funcionan debido a las constantes roturas en la red de distribución. Estas roturas han sido una constante desde el inicio del proyecto, lo que ha llevado a desenterrar y cambiar los caños de poliéster reforzado con fibra de vidrio y 500 mm de diámetro en repetidas ocasiones.

El problema persiste y se agrava día a día. La Empresa de Servicios Sanitarios del Paraguay (Essap), actual administradora del Acueducto, considera que continuar con las reparaciones sería una pérdida de recursos, ya que los remiendos son costosos y temporales. Además, el prolongado periodo de inactividad ha afectado las Fases 2 y 3, poniendo en duda su futura operatividad.

El presidente de la República, Mario Abdo Benítez, ha reconocido la necesidad de reconstruir 100 km de cañería de la Fase 1 para que las fases posteriores puedan funcionar correctamente. Sin embargo, hasta el momento no se ha anunciado ninguna fuente de financiamiento o comunicado oficial del MOPC para abordar este problema.

La situación actual del Acueducto Agua para el Chaco es un llamado de atención urgente a las autoridades para resolver estos problemas técnicos y garantizar el suministro adecuado de agua a las comunidades del Chaco paraguayo.

La falta de agua es una necesidad básica que no puede seguir siendo ignorada, y es imperativo que se tomen las medidas necesarias para concluir exitosamente este proyecto y asegurar un futuro con acceso confiable y sostenible al agua potable en la región.

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