Futuro Ministro de Salud con polémicas declaraciones

Felipe González, el futuro Ministro de Salud de Santiago Peña, ofrece una mirada desafiante y realista al sistema de salud. En una reciente entrevista, destacó la necesidad de un diálogo más transparente y un enfoque más humanitario para el manejo de pacientes terminales, enfatizando en los desafíos asociados con las órdenes judiciales de internación y los elevados costos de los tratamientos.

González subrayó que, aunque los médicos pueden sentirse presionados para agotar todas las posibilidades de tratamiento en casos terminales, hay ocasiones en que los cuadros clínicos indican claramente que la recuperación no es factible. En tales situaciones, sugiere, el papel del médico debe incluir la honestidad con los pacientes sobre sus pronósticos.

El ministro entrante no insinuó que se deba abandonar a los pacientes en situaciones desesperadas. Al contrario, defendió la atención integral y justa para todos los pacientes, pero también hizo hincapié en la necesidad de no crear falsas esperanzas.

Reflexión sobre el “encarnizamiento terapéutico”

González se mostró contrario a lo que llamó “encarnizamiento terapéutico”, una referencia a los esfuerzos médicos que se extienden más allá de las posibilidades razonables de mejorar la calidad de vida o lograr la recuperación. Según él, esta es una conversación que la sociedad debe comenzar a tener, considerando tanto el coste humano como el económico de estos tratamientos.

El futuro ministro no sólo está preocupado por los pacientes, sino también por sus familiares. Entiende que estos últimos pueden sentirse alentados por los altos costos de los medicamentos y los esfuerzos terapéuticos intensivos, pero insiste en la necesidad de claridad y honestidad para evitar las falsas expectativas.

Situación de los niños en estado terminal

Un área de especial preocupación para González es la situación de los niños en estado terminal, especialmente aquellos en unidades de cuidados intensivos. Señaló que casi el 60% de las camas de estas unidades están ocupadas por niños con condiciones crónicas y sin posibilidad de recuperación.

En lugar de mantener a estos niños en unidades de cuidados intensivos, González sugiere que deberían ser transferidos a salas donde puedan recibir cuidados paliativos. Este enfoque permitiría liberar camas de cuidados intensivos para pacientes con posibilidades de recuperación total.

A medida que Paraguay avanza hacia su futuro sanitario, González parece dispuesto a enfrentar estos desafíos con una combinación de pragmatismo, honestidad y compasión. Su objetivo: una atención sanitaria más eficaz y humana para todos los ciudadanos.

 

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