A lo largo de los años, los residentes de los barrios Santa Rosa y Cuatro Mojones en la ciudad de Lambaré, han estado levantando la voz contra una preocupación que ha traspasado las barreras del tiempo: la “histórica” polución sonora originada por el Club Atlético Colegiales. A pesar de las denuncias interpuestas, parecería que el problema persiste debido a la inacción policial, informa el diario Última Hora.
Los testimonios recogidos, en su mayoría, hacen hincapié en la angustia vivida por la población más vulnerable: los niños y las personas mayores. ¿La razón? El ruido constante e insufrible, especialmente durante los fines de semana, que interfiere con su bienestar diario.
El Club Atlético Colegiales, conocido por su equipo de fútbol y su animada vida nocturna como discoteca, se ha convertido en el epicentro de este problema. Sin embargo, la culpa no recae únicamente en la organización, sino también en la aparente negligencia de las autoridades locales y la policía, quienes, en lugar de tomar medidas correctivas, parecen actuar como custodios del lugar.
En este sentido, es importante resaltar la Ley 1100, que establece la prevención de la contaminación acústica. Esta legislación condena explícitamente cualquier ruido o sonido que perturbe la tranquilidad, el descanso, la salud y el bienestar de la población. Además, el Artículo 11 de esta ley otorga a los ciudadanos afectados el derecho de denunciar a las autoridades municipales o policiales, las cuales están obligadas a tomar medidas.
Aquí es donde se encuentra la población de Lambaré en una situación difícil. A pesar de las denuncias presentadas ante el Ministerio Público y la Fiscalía, la respuesta no ha sido la esperada. Años de espera y frustración han dejado a los residentes sintiéndose indefensos.
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