Honor Colorado, la facción política liderada por el ex presidente Horacio Cartes, ha conseguido su objetivo: fusionar la Subsecretaría de Estado de Tributación (SET) y la Dirección Nacional de Aduanas (DNA). Esta fusión rápida ha suscitado inquietudes y críticas en todo el espectro político.
La nueva entidad, llamada Dirección Nacional de Ingresos Tributarios, se presenta como una institución destinada a mejorar la recaudación fiscal y la eficiencia en la administración tributaria. Basilio Núñez y Pedro Alliana, proponentes del proyecto, aseguran que su creación se justifica en la necesidad de contar con una entidad especializada en la gestión y control de los impuestos.
No obstante, el proceso de aprobación se desarrolló de manera apresurada, y la oposición ha criticado la medida alegando que esconde un traslado de competencias tributarias y una concentración de poder por parte de los cartistas3. El senador Fidel Zavala afirmó que «esta medida no solo fusiona las instituciones, sino que también traslada sus competencias a una institución cuya cabeza será nombrada por el presidente y el vicepresidente».
La senadora Lilian Samaniego, una figura clave, ha defendido la medida, argumentando que la fusión mejorará la eficiencia y la transparencia del sistema tributario del país. Sin embargo, los críticos temen que la fusión pueda aumentar la corrupción, disminuir la transparencia y afectar negativamente los ingresos soberanos del país.
La fusión de la SET y Aduanas es un tema complejo que requiere un análisis minucioso. A medida que se desarrolle la nueva Dirección Nacional de Ingresos Tributarios, los ojos de la nación estarán observando para ver si esta medida resulta en una administración tributaria más eficiente o en una concentración de poder no deseada.
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