Meses atrás esta historia ya había sido denunciada por uno de los pobladores afectados, quien por temor a represalias, prefirió no dar a conocer su identidad.
Las personas que viven o visitan las casas aledañas a la vivienda del pastor evangélico Juan Ramón Miranda, viven un verdadero infierno, según manifiestan.
Y es que además de que las “basuras” con colocadas en cualquier sector de la calle, incluso impidiendo muchas veces que puedan ingresar con sus propios automóviles a sus casas, denuncian que Miranda y familia amenazan y amedrentan constantemente a los vecinos.
Esto luego de que a causa de la denuncia presentada el año pasado se intervino el sitio y por orden municipal se exigió a Miranda a que retire todas las “chatarras” que estaban extendidas a lo largo y ancho de la cuadra.
Pero esta batalla ganada por los vecinos, duró poco y tal y como sospechaban incluso empeoró la situación, ya que el hecho motivó el enojo del pastor, quien la semana pasada llegó a los golpes con unos pobladores.
Este último hecho fue denunciado en la Comisaría Cuarta, pero los uniformados “no hacen nada”, según el afectado, y agregó que entre los vecinos corre el rumor de que “los policías reciben coimas de ellos, esto porque los de la chatarrería ya fueron acusados por muchas personas de que reciben cosas robadas”.
En ese sentido, ya en la primera denuncia, los afectados indicaron que son víctimas de constantes robos por parte de los “pirañitas o chespis” que llevan a vender lo hurtado en la misma chatarrería y que incluso llegaron a hallar sus pertenencias en ese lugar.
Lo cierto y lo concreto es que las personas que viven en las calles Capitán Gwinn, Tape Tuja y 24 de Mayo, ya no saben qué hacer, ni a quién acudir para conseguir una solución con respecto a la “chatarrería” o al menos un mejor ordenamiento y control de la misma.
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