El Ministerio de Salud confirmó el fallecimiento del niño de siete años, quien fue mordido por una serpiente yarará.
El mismo sufrió el percance el día sábado en su vivienda de Curuguaty, departamento de Canindeyú. Su padre lo llevó hasta el hospital de la zona, donde los médicos solicitaron el traslado a Asunción.
De esta manera, llegó hasta el Instituto de Medicina Tropical donde tuvo complicaciones y quedó con muerte cerebral.
La serpiente ingresó al dormitorio y mordió el brazo izquierdo, que estaba colgado de la cama, cuando el niño estaba durmiendo.
Desde la cartera sanitaria recomendaron que ante una mordedura, se debe mantener la calma, no realizar torniquete, no efectuar tajos o cortes en el lugar de la lesión, no succionar el veneno con la boca y acudir rápidamente al servicio de salud más cercano.
Cuando se está frente a una serpiente, se recomienda no acercarse, por más de que parezca estar viva, no realizar movimientos bruscos, mantener libre de malezas los alrededores de la casa, evitar introducir las manos sin protección adecuada en huecos de árboles, nidos abandonados, cúmulos de piedras o troncos y perforaciones de terrenos.