Las cuatro mujeres de nacionalidad brasileña contactaron al negocio vía Instagram y agendaron turnos para realizarse los más costosos tratamientos estéticos.
Sin embargo, pagar por los servicios, al parecer no era lo que tenían en mente, ya que tras culminar uno de los procedimientos una de las clientas de mala fe, avisó a la trabajadora que se sentía mal y que debía ir al médico.
La propietaria del local, identificada como Elisangela Da Silva, la trasladó hasta un centro asistencial y decidió volver a su local para continuar trabajando, pero al llegar llamó a la enfermera de guardia con quien quedaron las chicas y le pidió que le informe cuando la paciente salga.
Fue ahí que la enfermera le informó que apenas ella se retiró del sitio, las demás mujeres también así lo hicieron.
Da Silva dio aviso inmediato a la Policía Nacional e inició una persecución que se extendió por 130 kilómetros.
Los uniformados retuvieron el vehículo y aguardaron a la mujer, quien también informó de lo sucedido a la Fiscal de la zona.
Finalmente, y tras una fuerte discusión con las mujeres, las mismas pagaron los G. 5 millones que adeudaban.
Durante el procedimiento policial, fueron informados que una situación similar fue provocada por las mujeres en una estación de servicios en donde comieron y llenaron el tanque, pero no quisieron pagar, de acuerdo al reporte del SNT.