Foto: Twitter/@aisman6
Cansados de soportar la situación, miembros de la Comisión Vecinal San Miguel, una vez más, volvieron a denunciar el exceso de basura que una chatarrería de la zona recoge para posteriormente venderla.
Si bien la chatarrería se encuentra en el sitio hace 15 años aproximadamente, en los últimos tiempos, los residuos con los que trabajan se triplicaron, y los vecinos tienen inconvenientes hasta para transitar por las calles debido a que están copadas de basura.
Esta vez, la comisión vecinal, decidió tomar acciones jurídicas, teniendo en cuenta que anteriormente el hecho ya fue denunciado en la Municipalidad de Lambaré, sin embargo nunca hubo una resolución al respecto, por lo que fueron a hacer un seguimiento al trámite y se toparon con que el documento había desaparecido. Pese a que los mismos tenían una copia con el “recibí conforme” de la mesa de entrada de la comuna.
Uno de los vecinos denunciantes, alegó que se enteraron de que el caso ya había sido dictaminado en el año 2021 por un juez de faltas, pero el documento nunca apareció, hasta que a través de la gestión y presión de una abogada, pudieron dar con el escrito.
Al propietario de la chatarrería se le aplicó una multa y se le exigió que abandonara el sitio, cosa que nunca ocurrió.
Señalan, además, que el propietario de la chatarrería tenía conocimiento sobre el dictamen, pero que recibió “apoyo” de un concejal quien “tendría su negocio” en el sitio, a quien prefirieron no nombrar, ya que fue un comentario por parte de los propios funcionarios municipales.
Este miércoles, tras un pedido por parte de la abogada de la comisión vecinal, iba a ingresar a una audiencia con la Junta Municipal, pero la reunión no se dio.
La denuncia se extendió a las redes sociales, donde con fotos y videos prueban lo que deben padecer los vecinos de la zona en su día a día.
A eso se suma que el barrio se llenó de adictos, que ingresan a los patios de las casas y roban todo tipo de artículos, como los compresores de aire acondicionados, para volver a revender en el vertedero clandestino.
Otro inconveniente con el que les toca convivir a los pobladores del barrio, es que la cantidad de basura que es depositada en las calles no les permite muchas veces ni sacar sus vehículos, ya que les cierran el paso y aseguran que pese a intentar conversar con los responsables o pedirles educadamente a que retiren los grandes paquetes, es imposible el diálogo.
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