La mujer relató a RDN que su calvario comenzó en el mes de marzo, cuando su pequeña comenzó a tener cambios de humor, se mostraba irritable y nerviosa, pero todo empeoró cuando la niña le comentó a su mamá: “Mi papá me puso una espina en mi colita y me dolió, me lastimó”, por lo que inmediatamente fue a consultar con su pediatra, quien confirmó que pasó algo y que había un protocolo que seguir, por lo que la profesional de la salud, denunció el hecho ante la Fiscalía.
Cabe mencionar que la pareja se había separado al poco tiempo del nacimiento de la niña y posteriormente llegó a un acuerdo con respecto al régimen de relacionamiento que iban a tener padre e hija.
Luego de iniciado el proceso de denuncias, declaraciones y demás trámites, madre e hija comenzaron un tratamiento psicológico, debido a que ambas quedaron emocionalmente afectadas.
Por su parte, el hombre nunca se refirió, ni explicó qué fue lo que pasó durante las cuatro a cinco horas que quedó con su hija y en las que la pequeña menciona el hecho.
La madre de la víctima señaló que además, desde que se presentó la denuncia, el padre nunca más preguntó por su hija.
Finalmente, pasados los tres meses del hecho, el juez que lleva la causa, Miguel Óscar López, convocó a una cámara Gesell, sin embargo llegó con 15 minutos de retraso, lo que impacientó a la niña, negándose a declarar, por lo que el procedimiento tuvo que ser suspendido.
Otra cuestión que la denunciante señala con respecto a su caso, además de la tardanza del proceso en sí, es que en principio el denunciado obtuvo, en la imposición de medidas, la prisión domiciliaria, con el beneficio de salir a trabajar.
El hombre se desempeña como psicólogo laboral y posee un cargo de jefatura en una empresa que tiene varias sucursales por Itapúa, por lo que se desplazaba sin control alguno por varias ciudades, no solo por Encarnación.
Luego de esto, la Fiscalía informó mediante un acta esta situación y solicitó a prisión preventiva, pero llamativamente, el juez, la semana pasada, le otorgó la libertad ambulatoria, usando su actividad laboral como argumento.
Actualmente, la mujer refiere que pese a que se siente insegura, se siente mejor emocionalmente y por eso se atreve a denunciar a los medios.
Alega que busca una manera de llegar a la Justicia, tanto por su caso como por el de todas las personas que por falta de acompañamiento no denuncian este tipo de casos.
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