Marcela López, madre de una de las jóvenes que decidió renunciar a su sueño en la Academil, refirió que tras pasar por una internación, en la cual los militares la trataron como paciente psiquiátrica, su hija pidió en su momento al comandante de la institución, actualmente destituido, César Caballero, que terminaran “con los castigos prohibidos”.
“Ella le manifestó a él mismo (comandante) el miedo que tenía y ahí nosotros nos enteramos de todo lo que estaba pasando”, comentó la mujer en el programa La Lupa.
“Ella le cuenta que estuvo con colitis por tres días, no comía nada e igual ella tenía que cumplir con sus actividades. Ella estaba muy desgastada. Ella le dice: Fulana me golpeó con el codo por la frente y me caí de espalda y me golpeó por el compartimiento en el baño, eso es lo que a mí me hizo desvanecer. Yo le decía que no me sentía bien y no me hacía caso”, reveló López.
El relato de la joven siguió y está vez mencionó que le hicieron permanecer un cierto tiempo con el castigo del trípode y más de las veces que le metieron la cabeza en el inodoro. “Por lo menos estaba limpio el inodoro, mami”, señaló la joven como una suerte de consuelo.
Días después de dejarla nuevamente en la Academil, la joven fue internada pero esta vez cuando la joven vio a sus padres, les suplicó que la saquen de la Academil y que no la obliguen a volver. En un momento, incluso, la cadete entró en shock, con solo ver el uniforme militar, aseguró su madre.
Por otra parte, Por su parte, Rubén Medina, padre de un cadete expulsado por un supuesto robo, quien también presenta rastros de maltrato, manifestó que su hijo, también de tercer año, era constantemente reportado con el oficial “por flojo», porque no quería “castigarle a nadie”.
Ante los rastros de agresión en el joven, la familia presentó una denuncia ante el Ministerio Público y, con la publicación del caso, familiares de compañeros de su hijo facilitaron pruebas fotográficas de las torturas que se realizan en la Academil y que son negadas por las autoridades militares.
El padre dijo que a su hijo le aplicaron este castigo, pero con la cabeza sumergida en su propio vómito. En otras ocasiones, la cabeza se sumerge en los inodoros, comentó.
Don Rubén también denunció que a su hijo, “le destrozaron prácticamente el dedo con el castigo de ‘palito dulce’”, donde se introducen tres palos de madera (afinados en el centro) entre los dedos de la mano, mientras que el hostigador aprieta los palos desde los extremos con los dedos en medio.
Reveló también que la hora 25, “es el momento en que los cadetes quedan a merced de los cursos superiores, es la hora donde ellos tienen que lavar su ropa, acomodar todo. En esa hora 25 es donde a mi hijo le metieron la cabeza en vómito”.
En total, serían dos cadetes mujeres y tres varones las víctimas de tortura en la Academia Militar, según las denuncias. Uno de ellos fue hospitalizado e ingresó a la unidad de terapia intensiva, tras supuestamente caer de un árbol.
Esta web usa cookies.