Héctor Martínez fue sentenciado a 40 años de cárcel tras ser hallado culpable por los hechos punibles de homicidio doloso en su forma agravada y detentación-violación de Ley de Armas.
El joven recibió la pena máxima prevista en la legislación, que es de 30 años de cárcel, más 10 años de medida de seguridad. Mientras, que su madre, Limpia Núñez, fue sentenciada a 25 años.
Según el Ministerio Público, las agentes fiscales demostraron con suficientes pruebas documentales, testimoniales y científicas, que los acusados cometieron el rapto y posterior asesinato de la pequeña, quien fue incinerada estando aún con vida.
El 29 de febrero de 2020, en horas de la noche, los ahora condenados prepararon cortes de leña y aceite de cocina en una zona boscosa, en el kilómetro 26 Monday fondo del distrito minguero para incinerar a la niña Naydelin.
En horas de la tarde, Héctor Eduardo, quien estaba a bordo de un automóvil Toyota premio, raptó a la pequeña de la vía pública del kilómetro 16, a metros de su casa ubicada en el barrio Kavure´i, del distrito de Minga Guazú.
Una vez que llegaron al lugar, el joven de 25 años, con ayuda de su madre, ató a la niña y posteriormente procedieron a incinerar a la víctima, quien en ese momento se encontraba con vida y falleció a consecuencia de las quemaduras sufridas, según el resultado de la autopsia.
Tras cometer el brutal crimen, los acusados regresaron a su casa. Allí, la señora Limpia Concepción empleó medios necesarios para hacer desaparecer rastros o vestigios que se encontraban en las vestimentas de Héctor Eduardo, al momento del hecho, así como en el automóvil utilizado.
La mujer tenía en su posesión una escopeta, con numeración suprimida por medio de raspado, además de dos armas de fuego sin la debida autorización.
El asesinato fue cometido en venganza de Héctor Eduardo contra su expareja, quien es tía de la niña, porque la misma había cortado la relación amorosa luego de sufrir diversos tipos de violencia.
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