Teresa, quien tiene un negocio de venta de remedios naturales, el cual lo inició el hace 5 años.
Sin embargo, al inicio, no contaba con RUC, tampoco llevaba las cuentas de sus ingresos.
En el último año se interesó por contar con un sistema de cobro mediante tarjeta electrónica.
Gracias a la opción de Pagos con QR, pudo ofrecer a sus clientes pagar digitalmente a través del celular.
Para contar con la opción de cobros con tarjetas electrónicas, la emprendedora abrió una caja de ahorro donde se depositan los pagos directamente.
Al mismo tiempo, su banco le explicó las distintas modalidades de ahorro y, con ello, pudo contar con un capital a largo plazo que le ayudó a agrandar el negocio.
El emprendimiento de Teresa le permitió disponer de mayores ingresos, participar en las decisiones económicas del hogar, fomentó en ella el empoderamiento y esto le otorgó mayor libertad financiera.
Este es solo uno de los ejemplos de inclusión financiera y sus beneficios en la formalización y desarrollo socioeconómico de muchos paraguayos.
Francisco Ruiz Díaz, secretario ejecutivo del Comité de Nacional de Inclusión Financiera (CNIF), refirió que las iniciativas del sector público en conjunto con las del sector privado, produjeron que el índice de inclusión financiera aumente a escalas muy superiores en Paraguay.
Añadió que, el nivel de inclusión financiera en Paraguay llega al 65%, de acuerdo a un análisis realizado junto con el Banco Central del Paraguay (BCP).
Se considera a las personas mayores de 15 años que tienen acceso a una cuenta y a productos financieros en bancos, financieras, cooperativas, o medios de pagos electrónicos (billeteras).
Los medios de pagos digitales juegan un rol crucial en los esfuerzos continuos para universalizar el acceso y el uso de servicios financieros.
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