Los consumidores están cada vez más pendientes de su salud, una tendencia que ya existía en los últimos años, pero que ahora domina por completo el mercado en distintos rubros.
Se puede hablar que la situación sanitaria originada por la pandemia del coronavirus en el 2020 nuevamente puso en la agenda de los consumidores la sostenibilidad como centro de sus acciones.
“En tal sentido, se puede observar que son cada vez más los consumidores que se preocupan por el impacto negativo que el ser humano está causando en el planeta. No es casualidad que hace años ha iniciado una lucha contra las desmesuradas emisiones de carbono, el cambio climático que vivimos y la polución plástica que contamina las aguas de todo el mundo”, señaló Estevao Braga, Head de Sostenibilidad para Ball Sudamérica.
En el año 2020, Ball Corporation ha anunciado la aprobación de la iniciativa Metas con Base en la Ciencia (Science Based Targets initiative – SBTi) de sus metas para reducir en un 55% las emisiones absolutas de carbono en sus propias operaciones y un 16% en su cadena de valor hasta el 2030.
Dicha aprobación confirma los esfuerzos de la compañía, los primeros en el sector, en ayudar a acelerar la transición a una economía de bajo carbono y restringir el calentamiento global a 1,5ºC, atendiendo los objetivos del Acuerdo de París.
Sobre los nuevos hábitos de consumo, el ejecutivo reflexiona “por un lado, están los consumidores que, a la hora de elegir sus compras lideran el mercado y por otro lado somos testigos de varias empresas para las que lo ecológico se ha convertido en su objetivo, que han adoptado sistemas de producción eco sostenibles y ofrecen soluciones de bajo impacto ambiental”.
El aluminio: un sector preparado para afrontar los nuevos retos medioambientales.
El aluminio es 100% e infinitamente reciclable sin perder sus cualidades, y la energía que precisa su proceso de reciclado apenas alcanza el 5% de la energía que fue necesaria para producir aluminio primario.
Todo ello avala la idoneidad del aluminio como material que apoya la creación de un camino hacia la economía circular.
Las latas de aluminio son nanomateriales, totalmente reciclables y su valor permite un reciclaje de bajo costo y alta eficiencia. Es amigable para el consumo en el hogar a partir de su practicidad, flexibilidad, resistencia y tamaño a la hora de gestionar el residuo doméstico y el reciclado posterior.
Se cree que en Paraguay existen cerca de 20.000 familias de recicladores y acopiadores, que serían aproximadamente unos 100.000 paraguayos que viven de esta actividad, que a su vez ayuda a preservar los recursos naturales, reducir la contaminación y se convierte en una alternativa de empleo.
En consecuencia, este material permite la implementación e impulsa la economía circular que favorece la apuesta por el reciclaje.