Artesanos crean piezas decorativas inspiradas en la niñez

Maika Rasmussen, desde Maikena como diseñadora de experiencias; Lucas We, como fundador del espacio de arte urbano Espacio Bruto; y Carolina Urreti, amante de la artesanía local y propietaria de la tienda Guaraní Porã, unieron sus conocimientos y experiencias para desarrollar Litoral junto a otros artesanos. 

“Los objetos  que nos rodean en la infancia nos educan, se convierten en compañeros de juegos, de ocio, de aprendizaje. De adultos, esas piezas son el canal directo para sentirnos niños de nuevo”, explicó Lucas We. 

Por su parte Maika Rasmussen agregó que “con Litoral, desde Paraguay, queremos llegar a los niños de todos los rincones del mundo, ya que se trata de un trabajo colectivo y colaborativo que ve al mundo infantil como un universo inspirador, lúdico y colorido”.

Así nació Litoral, con tres colecciones diferentes llevadas a cabo por artesanos de distintas zonas del país que crearon las piezas de siempre pero repensadas por el equipo de Litoral. 

 

Las colecciones

Textil trae creaciones de dos ciudades paraguayas. Por un lado, mantas de algodón de Carapeguá (Paraguarí), que confecciona Romina Gaona con un telar de cuatro lisos. 

La trama fue adaptada a una paleta de colores pensada en la multifunción, ya sea para taparse, recostarse sobre ella o decorar la habitación de los niños. 

Por otro lado, bordadoras del Taller de Santa María de Fe (Misiones) desarrollaron una línea bordada de cartucheras, portalápices, delantales, bolsas y mochilas. 

Es una explosión de colores y de estampas que dialogan entre sí con historias del cotidiano rural y campestre del Paraguay.

Máscaras fue un trabajo en conjunto con Néstor Portillo de Tobatí (Cordillera), con quien buscaron visibilizar la fauna que nos rodea y que en algunos casos está en peligro de extinción. 

Lucas We reinterpretó con ilustraciones digitales las populares máscaras, creando nuevas formas y colores para que Néstor las materialice con madera de timbó. “Son máscaras para jugar, para invitar a  nuestros hogares a los animales del monte, conocerlos y respetarlos”, dice Carolina.

La tercera colección es Cable, a decir de Carolina Urresti, un “objeto del paisaje cotidiano”. “La silla de cable es un símbolo del tiempo en Paraguay, de la complicidad de las charlas, del ritual del tereré”. 

Carolina ya había replanteado estos objetos hace tiempo en Buenos Aires, en su tienda Guaraní Porã; y hoy, después de mucho, son producidos de acuerdo a su creación en San Lorenzo. 

Siguiendo las formas clásicas y simples de la silla cable tal como la conocemos, la novedad es el cable liado doblemente, lo cual hace de las combinaciones de colores un diferencial.

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