7. Vacaciones a todo lujo.
Anna Delvey era una persona con recursos, que se iba de vacaciones a todo lujo y obsequiaba con generosos regalos a todas las personas con las que se cruzaba. Tenía conductores de Uber que recibían propinas de 100 dólares en efectivo como si nada: ¡estaba claro que esta mujer se forraba!
Ni siquiera su entrenador personal le salió barato: Anna desembolsó la asombrosa cifra de 4.500 dólares por sus servicios sin dudarlo. Sólo por su acento europeo y su encanto estético, uno podía darse cuenta de que Anna procedía de un lugar privilegiado, casi como una princesa de vacaciones lejos de su reino en el castillo, donde sólo le esperaban millones como herencia de vuelta a casa.
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