Uno de los sectores más golpeados comercialmente desde que arrancó la cuarentena fue el teatral, ante el cese de actividades artísticas al igual que talleres y clase de docencia. El actor y profesor de teatro, Héctor Silva, expuso la difícil situación que debe afrontar
“Yo vivo de esto”, expuso en conversación con rdn. “Mirá, el 10 de marzo terminamos una película, hice un papel en The List, de un director norteamericano que vino a filmar acá, fue dos días antes de decretarse la cuarentena, fue mi último trabajo”, alega muy serio.
“Tenía una gira por Itapúa en el mes del libro con la obra El loco de Cervantes, 15 funciones, se fue todo a la mierda”, prosigue. “Teníamos una película para junio, a la mierda. Las clases, suspendidas hasta el año que viene. Después; talleres, clases en Encarnación, donde también enseño, suspendida. Clases acá, todo a la mierda”.
“Recibí un kit de comida del Cepate (Centro Paraguayo de Teatro) y ahora en los fondos concursantes metí un proyecto pero ni miras de saber cuándo aparece esa plata, y como es para ejecutar recién en septiembre, no se sabe. Para serte sincero como decía Joe Coker, vivo ‘Con una pequeña ayuda de mis amigos’, esos amigos que sabés que siempre están”.
Héctor tiene 63 años y una trayectoria de 40 años. “Hice 47 obras de teatro, 7 películas, más de una docena de miniseries para televisión y estoy viviendo como decía Joe Cocker ‘gracias a una pequeña ayuda de mis amigos’, qué tiste, ¿no?’ Vivo de la caridad ajena, es lo que elegí, no me puedo quejar. No es queja, ojo, no me hago la víctima, es la realidad, es lo que ocurre, de ahí a cómo lo tomo yo es otra cosa, al mal tiempo buena cara, y mi mejor sonrisa, mi mejor espíritu, mi mejor predisposición para encarar lo que sea, así como hacer delivery para poder comer no tengo el menor problema, iré a llevar una pizza y diré un poema de Mario Benedetti o un soliloquio de Hamlet, ¿quién lleva una pizza con eso? (riendo)”.
En relación a la situación general, Silva también dio su visión. “Me volvió muy escéptico, maniobras que hubo, pero lo que lamento es que salió a relucir ese espíritu de robarle al otro lo que no corresponde, esas estafas, esos chanchullos que hubo, fue lo que más me afectó, mas allá del tapaboca, de lavarse las manos para ir a comprar leche, eso fue lo que me derrumbó. El mayor daño al país con este asunto, salvando la tristeza de ver gente muerta, que por suerte fue muy poca comparado a otros países, el daño fue eso; el caradurismo de robarle a gente en esta situación y la impunidad”.