Unas 300 personas, entre niños y adultos, del asentamiento San Francisco de la Compañía Yukytu, de Areguá, comieron su última ración de alimentos ya que no cuentan con los recursos para seguir con las ollas populares en la zona.
Este miércoles, un vecino donó G. 100.000 y con eso lograron cocinar guiso de arroz y caldo avá para los niños y adultos que viven en la zona y que fueron afectados por la crisis que generó el coronavirus.
Entre los adultos y jóvenes se encuentran albañiles, pintores y otros trabajadores, que por la medida de cuarentena absoluta quedaron sin su pan de cada día, por lo que estas ollas populares y la solidaridad de la ciudadanía son sus sustentos en estos momentos.
Una de las cocineras voluntarias manifestó entre lágrimas y con mucha impotencia que ya no saben si mañana podrán comer otra vez porque ya no cuentan con insumos para preparar los alimentos.
Incluso explicó que tanto ella como su hija de 10 meses también se nutren de la olla comunitaria, pues ella no cuenta con un trabajo actualmente.
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