En bicicleta, auto, carretas y hasta caminando, miles de peregrinantes llegan a Caacupé a cumplir con sus promesas o para pedir un favor a la Virgen, quien cada año espera a sus feligreses en el Santuario que lleva su nombre.
Se trata de una de las tradiciones más antiguas, pero a la vez más practicadas por los paraguayos y extranjeros.
Desde lejos el peregrinante ya puede observar la cúpula y saber que ya falta poco para la llegada ante la Virgen.
La vela representa la fe cristiana y es común prender una por cada pedido o agradecimiento que se realiza a la Virgen de Caacupé durante la visita.
Desde el puesto de peaje, en Ypacaraí, hasta las calles aledañas al Santuario se encuentran los puestos de venta de chipas. Se trata de una opción que no puede faltar en el menú del peregrinante.
Las instantáneas que más de uno tendrá de su visita a la Basílica de Caacupé es montando sobre uno de estos caballitos, que llevan ya más de 35 años sirviendo como atractivo turístico en la zona.
En los alrededores del Santuario, niños, jóvenes y adultos ofrecen rosarios y velas a diferentes precios.
Más de 150 km desde Santa Rosa del Mbutuy, recorrieron estos jóvenes, a bordo de sus respectivas bicicletas para llegar ante la Virgen y cumplir sus promesas.
Esta Virgencita recorrió más de 480 km para llegar al santuario de Caacupé.
Otra imagen de la Virgen llega en brazos de un hombre a la basílica. El mismo fue acompañado de su familia.
Antes de entrar al Santuario los peregrinantes pueden recibir la bendición con agua. Además de santiguar imágenes u objetos personales.
Importante cantidad de peregrinantes estaban dentro de la basílica rezando el santo rosario.
Es importante recordar que el santuario está abierto todos los días para recibir a todos los fieles , en especial en estas fechas que se celebra el día de la Virgen.
Un grupo de mujeres recorren en los alrededores de la basílica enseñando a los peregrinantes cómo se debe rezar el santo rosario. Este servicio lo realizan de forma voluntaria y sin cobrar por ello.
La Basílica de Caacupé es el Santuario más grande que posee el Paraguay, por lo que la ciudad homónima es considerada la capital espiritual del país.
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