10. La palabra de los dirigentes
Ricardo Tavarelli, exjugador y dirigente de Olimpia, manifestó que, si bien colaboran con la hinchada del club para realizar las “bienvenidas” en los partidos, no mantienen a la barras bravas y tampoco les dan dinero.
“Para todo lo que tiene que ver con un partido a nivel internacional sí (se les da dinero), para las bombas, las serpentinas, los mosaicos, para ese tipo de cosas porque es parte del espectáculo. Pero dar dinero al barra para que con eso se le pueda comprar fidelidad, no”, aseguró. Además, manifestó que las barras violentas deberían quedar fuera de las canchas, aunque “las barras organizadas deberían entrar en los estadios”.
Por su parte, Raúl Zapag, presidente de Cerro Porteño, dijo que lo que pasó en la SND “creó una especie de tristeza alrededor de lo que es el futstal”, aunque destacó que el club trabaja muy de cerca con las autoridades gubernamentales para evitar más conflictos.
“Alguien dice por ahí de que tenemos que solicitar que se prohíba, que se juegue a puertas cerradas, sin hinchadas. Eso no es viable en Sudamérica (…) Cerro Porteño asumió hace muchísimo tiempo la responsabilidad de trabajar conjuntamente con el Ministerio del Interior, con organismos de seguridad, cosas que no nos compete pero pedimos permiso para colaborar con ideas”, aseguró.
Zapag opinó que las barras violentas deben estar fuera de los estadios, no así quienes realmente desean alentar al club. “Querer mezclar la idea de barras bravas con hinchada es lo que a mí no me gusta. Mucha gente en Cerro Porteño que toca bombos, que toca trompeta, es lindo eso porque hace al fútbol. Yo no estoy de acuerdo en sacar la fiesta de los eventos deportivos”, argumentó.