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Renato, un pequeño de dos años que llegó hasta el sanatorio Migone por un aparente cuadro gripal, falleció pocas horas después en medio de la desesperación y el desconcierto de padres, médicos y testigos que presenciaron el hecho.
Y aunque desde el nosocomio aseguran que no hubo negligencia y los profesionales actuaron “de acuerdo al protocolo”, los familiares de Renato siguen buscando justicia por la muerte del menor.
Carmen Romero, abuela de Renato, contó cómo fueron las últimas horas de su nieto en el sanatorio y exigió a las autoridades la pronta solución de este caso.
La señora Carmen Romero, abuela del menor fallecido, comentó en la 730 AM que llegó rápidamente al sanatorio Migone al enterarse de que el cuadro de su nieto había empeorado, por lo que presenció muy de cerca todo lo que pasó en este confuso episodio.
Tras confirmar la muerte de Renato, la mujer comentó que se acercaron hasta el lugar una cardióloga y un pediatra que intentaron consolar a la madre. Pero cuando ella preguntó de qué había muerto su hijo, le dijeron que “no tenían explicaciones” y solamente podían saberlo con una autopsia.
“Yo mismo puedo hacerlo con un colega acá”, habría dicho el médico presente en la sala de urgencias, según relató la abuela de Renato a la prensa.
Romero, de profesión economista, explicó que no conoce mucho de procedimientos fiscales; pero en ese momento sintió que algo extraño estaba ocurriendo con el caso de su nieto y fue la única que se opuso a que le practicaran una autopsia en el sanatorio Migone.
“Fui la única porque los demás estaban en shock, iban a aceptar lo que sea para poder calmar a esa madre; cuando eso no sabíamos nada de lo que había pasado”, relató.
Pese a las horas de sufrimiento que ya habían pasado por la muerte del pequeño, el terror para la familia de Renato no tenía fin. Según señaló Romero, una persona dentro del nosocomio le facilitó el teléfono de una abogada “que según ellos era magnífica”.
“Le llamo yo a esta persona y a los diez minutos se presenta ella, bien plantada. Entramos a la urgencia, pedimos los documentos y ella dice: ‘No, al niño no se le puede hacer acá la autopsia’”.
“Entonces se va ella y al volver ya cambia de versión. Me dice: ‘No te preocupes, yo ya le llamé a una amiga mía que es la doctora Ingrid Rodríguez y a todos los forenses de la Fiscalía, pero vamos a hacerle (la autopsia) nomás acá en el Migone”, manifestó la abuela.
Romero agregó que, al día siguiente, un familiar se cruzó con la abogada y le informó que ya había una denuncia formal por el hecho ante la Fiscalía, a lo que la mujer respondió: “No, qué denuncia, si esto se hizo de forma particular con la autorización de los padres”.
“Desde ese momento empezaron a venir con las autorizaciones -relató Carmen Romero- Había un tipo de traje que andaba detrás nuestro con una hoja para hacerle firmar a los padres, era la autorización para la autopsia había sido”, manifestó.
“Yo en esa parte no me metí, porque como ya estaba la abogada dije ‘me voy a dedicar a contenerle a mis hijos’”, expresó la mujer.
Romero indicó que el personal del Migone cambió la nota unas tres veces antes de lograr que los padres firmaran. El procedimiento quirúrgico duró al menos cuatro horas, según informó.
“Ahí solamente estuvieron presentes la patóloga, enfermeras del Migone, médicos del Migone y nuestra abogada. Me preguntaron a mí y a la otra abuela si queríamos asistir, pero a mí no me dio el cuero, porque ya le estaba sosteniendo a mi nieto muerto por más de cuatro horas”, manifestó.
Carmen señaló que el informe de la autopsia “no era nada de lo que nosotros esperábamos, era un informe totalmente carente de fundamento en base a la patología de este niño”.
Luego del procedimiento, un familiar se encargó de llevar muestras de tejido a un laboratorio privado para realizar más estudios.
Carmen Romero relató el duro momento que sufrió cuando tuvo que retirar a su nieto de la morgue. Ante tanto dolor, no imaginó que al niño le habían extraído los órganos durante el procedimiento.
“Fui a retirar personalmente el cuerpito de mi nieto, y al alzarlo en brazos le chorreaba de sangre la cabeza, casi me da un ataque (…) ni en mis sueños más oscuros imaginé esto, actuaba como autómata”, contó.
“Al estirar una sábana veo dos tuppers transparentes con lo que parecía órganos, menundencias, pero ni me imaginé que eran de Renato. Entonces hice como que no vi y salí”, agregó.
Romero lamenta haber confiado en la abogada que se acercó a ellos durante esos difíciles momentos para la familia. “No puedo todavía ‘masticar’ esto, porque fui yo la que le llamé, yo confié en ella y le dejé sola para que le haga los trámites y le saquen todos los órganos a mi nieto”, exclamó.
La abuela de Renato comentó que, si bien algunos medios se hicieron eco de la muerte de su nieto, otros mantienen el silencio por presión de la gran corporación médica perteneciente a la familia Leoz.
“Me llamaron y me dijeron ‘lastimosamente no vamos a poder hacer la nota porque la presión del corporativo gigante del Migone nos impide’. No les culpo a los periodistas, pero sí a la cabeza del canal, del diario. Seguramente por pautas publicitarias, no sabría decirte”, expresó.
“Nosotros estamos con la verdad, y no hace falta que me ponga de acuerdo con nadie porque yo estuve ahí”, agregó Romero.
El caso de Renato tuvo una fuerte repercusión en las redes sociales, ya que varios testigos del hecho utilizaron este medio para informar lo que estaba pasando dentro del Migone. Sin embargo, la abuela del menor fallecido asegura que están presionando a estos internautas para que retiren sus publicaciones.
“Le están pidiendo que retiren sus posteos. Había gente que antes de que se toque el botón de pánico ya estaban pidiendo socorro por las redes sociales: ‘Por favor ayúdenle a esta madre’”, manifestó.
“Entonces yo pienso que eso debe ser una prueba muy importante para la Fiscalía, independientemente de qué los remedios que le pusieron (al niño), eso ya no vamos a saber nunca porque los órganos ya no están”, lamentó.
Este martes en conferencia de prensa, los representantes del sanatorio Migone, el Dr. Enrique Gahete y el abogado Dr. Ricardo Preda, desmintieron que la muerte del menor haya sido por omisión de auxilio, ya que “incluso la familia ha reconocido que esa atención médica existió”.
Tras constatar la muerte del menor, el Dr. Gahete afirmó que la familia solicitó una autopsia por recomendación del Dr. Antonio Arbo, quien era su pediatra de cabecera.
“Quiero valorar la intención de la familia de no tomar represalia contra los médicos y el personal de enfermería, ya que ellos hicieron su trabajo con responsabilidad y alto compromiso”, manifestó el galeno.
Por su parte, el Dr. Preda alegó una vez más que los padres del niño fallecido cambiaron la versión de los hechos en varias ocasiones. “En la última versión ellos mismos desmienten a sus abogados y señalan que hubo una atención pediátrica de guardia y que se comunicaban con el médico tratante”, manifestó.
“La causa específica de muerte solo nos va a revelar la ciencia a través de la autopsia y la junta médica», agregó el letrado.
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