Se sabe con certeza que un buen sueño es reparador y ayuda tanto a la salud física como mental. Pero según nuevos estudios, dormir demasiado también tiene sus consecuencias, ya que este hábito conduce a un mayor riesgo de contraer enfermedades e incluso puede provocar la muerte.
Existen otros factores que también alteran el buen descanso, y es necesario prevenirlos para mejorar el hábito del sueño y aumentar la calidad de vida.
Chuangshi Wang, especialista del Colegio Médico de la Universidad de Pekín en China, realizó junto a un equipo de investigadores un estudio con resultados sorprendentes.
Según la investigación publicada en el European Heart Journal, aquellas personas que duermen más de ocho horas diarias aumentan el riesgo de eventos cardiovasculares graves, como apoplejías o insuficiencia cardíaca, hasta en un 41%. Los especialistas observaron datos de 21 países de siete regiones, principalmente en América del Norte, Europa y Japón.
Quienes duermen más de ocho horas diarias presentan un mayor riesgo de contraer enfermedades que aquellas personas que no descansan lo suficiente, según los expertos.
No obstante, este ‘mal hábito’ puede ser la consecuencia de otras afecciones subyacentes que provocan sueño, lo que a su vez aumenta el riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares e incluso la muerte.
Solo un 8,4 por cada 1.000 personas que duermen un promedio de ocho horas por día, desarrollan enfermedades cardiovasculares o mueren cada año.
Pero esta cifra aumenta cuando se trata de los que duermen de nueve a 10 horas (10,4 por 1.000) y nuevamente entre los que duermen más de 10 horas por día (14,8 por 1.000).
Esto equivale a un aumento en el riesgo de un 5%, 17% y 41%, respectivamente, con relación a las personas que descansan la cantidad de horas recomendadas, informó CNN.
El equipo dirigido por Chuangshi Wang también identificó un riesgo creciente entre las personas que duermen durante el día.
Sin embargo, una siesta también puede ser reparadora para aquellos que no duermen lo suficiente por las noches. “La siesta diurna se asoció con un mayor riesgo de eventos cardiovasculares graves y muertes en personas con más de seis horas de sueño nocturno, pero no en personas que duermen menos de 6 horas por noche”, manifestó Wang.
Tener menos de seis horas de sueño también aumentó los riesgos en un 9%, en comparación con las personas que durmieron durante las ocho horas recomendadas, aunque los expertos no consideran que este hallazgo sea relevante para las estadísticas.
Wang asegura que “una siesta diurna parecía compensar la falta de sueño por la noche y mitigar los riesgos”, explicó Wang.
Pero dormir de más podría ser un marcador de otras enfermedades cardiovasculares, según Wang y su equipo.
Francesco Cappuccio, profesor de medicina cardiovascular y epidemiología de la Universidad de Warwick, destacó por su parte que las personas que padecen enfermedades no detectadas pueden sufrir una extensión del sueño. Por ejemplo, alguien con cáncer subyacente estaría más fatigado y debilitado, por lo que tenderá a dormir más tiempo.
El estudio arroja como principal conclusión que, para los adultos, la duración óptima del sueño es seis a ocho horas todas las noches.
En el caso de los niños, la Organización Mundial de la Salud recomienda un descanso mayor, de entre 10 a 12 horas ininterrumpidas de sueño sobre todo durante la etapa escolar.
Chuangshi Wang señaló que se pueden hacer cosas «muy simples» para dormir mejor, como evitar la cafeína a partir del atardecer, además del alcohol y la nicotina, sustancias que pueden interrumpir los patrones de sueño.
El especialista también recomendó realizar ejercicios diarios y mantener una dieta equilibrada para mejorar la calidad del descanso.
Las siestas son una actividad común en Oriente Medio, China, el Sureste de Asia y América del Sur; pero este hábito también se asocia con un mayor riesgo de contraer enfermedades cardiovasculares en aquellos que duermen más de lo recomendado.
No obstante, las personas que duermen menos de seis horas por noche se ven beneficiadas con un descanso durante el día. “En estas personas, una siesta diurna pareció compensar la falta de sueño por la noche y mitigar los riesgos”, afirmó Wang.
Un factor importante para lograr un buen descanso es organizar el sueño de manera responsable. Por eso los expertos recomiendan acostarse a dormir y levantarse siempre en los mismos horarios.
Este hábito mejora la calidad del descanso, ya que entrena al cuerpo de cara al sueño y mejora el estado de ánimo por al levantarse en las mañanas.
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