Durante la noche del lunes, los trabajadores de la estancia Ñandu’i vivieron momentos de terror cuando un grupo de al menos 20 personas invadió la propiedad y asesinó al administrador, un hombre de nacionalidad brasileña.
Según reportan las autoridades, del hecho también participaron varios indígenas que al parecer tienen conflictos de territorio con los estancieros de la zona.
El pasado lunes en horas de la noche, la estancia Ñandu’i fue el escenario de un brutal ataque. La propiedad de los brasileños Darci e Iracy Antoniolli se ubica en la colonia Arako’ê, a unos 4.500 metros del río Ypané, límite natural con el departamento de Concepción.
El hecho se produjo en la jurisdicción de Pedro Juan Caballero, a unos 73 kilómetros del centro urbano. El sitio está a pocos kilómetros de las ciudades de Capitán Bado, Karapã’i, Yby Yaú y Azote’y.
El ataque se inició aproximadamente a las 19:00 horas, cuando el líder del grupo ordenó el asalto al casco central de la estancia Ñandu’i.
La misma está ubicada en medio de una reserva de monte de 143 hectáreas, cerca de un lugar conocido como “Cerro Guasu”, el cual es considerado sagrado por las comunidades indígenas de la zona.
Además de llevar víveres y objetos de valor, los atacantes también quemaron el casco central de la estancia, un galpón que funcionaba como taller, la casa de peones, un tractocamión, tres tractores y dos camionetas doble cabina.
Mientras esperaban al administrador de la estancia, el grupo de criminales secuestraron a 17 trabajadores que en ese momento se encontraban en la propiedad.
Tras el violento asalto a la estancia, resultó víctima fatal el brasileño Avelino Camargo, de 59 años de edad, quien trabajaba como administrador.
Al llegar con su camioneta al portón de entrada, el hombre fue recibido a balazos. Aunque trató de defenderse disparando con un arma que tenía, rápidamente cayó abatido. Fue entonces cuando los delincuentes se acercaron hasta él y quemaron su rodado. La mitad del cuerpo del brasileño también se quemó.
Un testigo que se encontraba con Camargo en el momento de la balacera, cuya identidad se resguarda por temor a represalias, contó cómo fueron los últimos minutos de vida del ciudadano brasileño.
El mismo relató que cuando estaban llegando al establecimiento a bordo de una camioneta, fueron interceptados por dos hombres que, a cara descubierta, los apuntaron con armas largas. El testigo subió nuevamente al rodado, mientras que Camargo enfrentó a los desconocidos con su arma de fuego, momento en el que fue baleado.
“Yo pensé que eran policías, estaban vestidos como militares, le dispararon (al administrador) como tres a cuatro tiros, cuando me bajé de la camioneta me siguió uno de ellos y me dijo que no corra”, relató al diario UH.
Comentó que él solo vio a dos hombres, aunque los vecinos de la zona aseguran que había al menos 20 personas en el lugar. “Yo no los conozco, dicen que había indígenas entre ellos, pero yo no los vi. Yo estaba con el (ahora) finado y cuando murió en el portón me bajé (de la camioneta) y empecé a correr”, expresó.
Agregó que uno de los hombres dijo que Camargo violó a su hija, y que por eso lo asesinaron. Además, relató que a otros empleados de la estancia los hicieron sentar en el suelo mientras estaban de rehenes.
Según información de la prensa, Osvaldo Daniel Villalba Ayala, de 36 años, uno de los principales cabecillas del EPP, fue quien comandó el ataque a la estancia Ñandu’i; sin embargo, su presencia en el lugar no fue confirmada por la Fiscalía.
El fiscal a cargo de la causa, Federico Delfino, informó que ya identificaron 5 de los involucrados. Del ataque participaron 4 mujeres y 16 hombres, entre los cuales había 5 indígenas.
“Siempre tuvimos la información de que indígenas le brindaban cierto apoyo logístico al grupo armado, pero nos llama poderosamente la atención que hayan participado de un hecho”, dijo Delfino a la prensa.
Ahora, las autoridades investigan si la participación de los nativos fue solo circunstancial o ya se han sumado al grupo armado. Según reportó el diario ABC, al entrar a la estancia los nativos mostraron un panfleto que los identifica como la “Brigada Indígena contra Matones de Estancia”.
En cuanto a la participación de los nativos en el asalto, el ministro del Interior, Juan Ernesto Villamayor, manifestó que sabe que en esa zona existen conflictos entre estancieros, ganaderos y las comunidades indígenas.
Cabe recordar que el casco de la estancia Ñandu’i funcionaba prácticamente en la falda Cerro Guasu, un lugar que es sagrado para estas comunidades indígenas.
Consultado sobre el trabajo de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) en el norte del país, el ministro Villamayor reconoció que el organismo tiene sus falencias y asumió la falta de resultados.
Además, dijo que no se puede confirmar ni descartar la presencia de un nuevo grupo armado, como tampoco se puede confirmar si el líder del EPP, Osvaldo Villalba, estuvo implicado en el ataque a la estancia Ñandu’í. “El tema se debe tratar con mucha prudencia y darle tiempo para confirmar todas las hipótesis”, aseguró a la prensa.
Por su parte, el presidente de la República Mario Abdo Benítez, aseguró que su Gobierno continuará luchando contra el crimen organizado, aunque admitió que no está conforme con los resultados que se están obteniendo durante su mandato.
“Cuando el crimen organizado diseña, evalúa, explora un lugar donde efectuar este tipo de ataques, es muy difícil contener en todas las oportunidades”, expresó el jefe de Estado. Cabe señalar que el ataque en Amambay es el quinto golpe del EPP durante el Gobierno de Abdo Benítez, los cuales ya se han cobrado tres vidas.
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