El mandatario en la parte final de su informe de gestión, recordó los casos de secuestro y no pudo contener las lágrimas.
“Hace unas semanas nuestro país obtuvo un logro histórico, se hizo justicia a pesar de los pronósticos adversos”, fue lo que manifestó sobre el fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH).
La Corte IDH no dio lugar a la demanda de más de USD 120 millones entablada por Juan Arrom y Anuncio Martí contra el Estado paraguayo por supuestas torturas. Ambos están procesados en Paraguay por el secuestro de María Edith Bordón de Debernardi, sin embargo se encuentran en el Brasil ya que en su momento obtuvieron el estatus de refugiados, el cual ya fue revocado.
Luego de esas primeras palabras sobre el tema, Abdo Benítez tuvo su primer quiebre. Luego nombró a Mirta Gusinky y a Fidel Zavala, quienes sufrieron en carne propia el flagelo del secuestro.
“Maria Edith tu fortaleza nos ha inspirado a seguir esta lucha”, retomó para echar unas lágrimas cuando su emoción era ya patente.
El mandatario cortó su exposición en varias oportunidades su exposición, abogiado por la emoción que, aparentemente, le causaba hablar de los casos de secuestro.
Reconoció que su Gobierno sigue en deuda con las víctimas y recordó el caso del suboficial Edelio Morínigo, que se encuentra en poder del autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) hace casi 5 años. Además, mencionó a Félix Urbieta, también en manos de un grupo criminal.
“No estamos conformes con los resultados, hay un clamor de una familia, de un pueblo que estamos escuchando y por eso pido redoblar esfuerzo en esta lucha contra el secuestro”, atizó finalmente.