Via ultimahora.com
Tras los últimos hechos de violencia ocurridos en el Penal de San Pedro, donde murieron de manera trágica unos 10 reclusos, el Primer Comando Capital (PCC) está nuevamente en el centro de las noticias por la violencia con la que actúan sus miembros, quienes operan dentro y fuera de las cárceles de todo el país.
El Primeiro Comando da Capital, (conocido en castellano como Primer Comando Capital), es una organización criminal que se formó inicialmente para defender los derechos de la población penitenciaria en las cárceles de Brasil.
La organización nació en 1993 en una cárcel de Taubaté, en el estado de São Paulo, un lugar donde cumplían condena reos de máxima peligrosidad.
Actualmente, el grupo opera no solo en Brasil, sino también en otras regiones del Mercosur como Paraguay, Bolivia, Colombia y Perú.
Según estimaciones de Ministerio Público brasileño, el PCC estaría presente en los 27 estados de Brasil, mientras que hay miembros de la organización criminal en el 90 % de las cárceles de São Paulo, algunas de ellas bajo su total control.
En total, las autoridades del vecino país estiman que existen unos 30.000 “bautizados” dentro de la peligrosa organización.
El PCC cuenta con un Estatuto que deben cumplir todos sus miembros. Se trata de una lista con los principios y reglas de la organización criminal, donde se predica «lealtad, respeto y solidaridad» a todos los integrantes de la organización.
Además, el documento insta a los miembros del PCC a luchar por la «libertad, justicia y paz», además de reclamar mejores condiciones en el sistema penitenciario brasileño, ya que alegan que los presos sufren todo tipo de torturas y actos inhumanos.
Según una reciente investigación académica financiada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), en menos de una década el PCC logró posicionarse como el grupo criminal más poderoso de Paraguay.
Si bien ya se registraban algunos hechos vinculados al PCC en en la frontera paraguaya a mediados del 2000, para el año 2010 el grupo ordenó a sus miembros una expansión masiva en las cárceles del Paraguay.
A partir de ahí, los crímenes atribuidos al PCC en territorio paraguayo aumentaron considerablemente. Según la investigación, en el 2012 fueron “bautizados” los primeros paraguayos en los penales del país, lo cuales debían contar con tres “padrinos” que le den su aval.
El ministro del Interior, Juan Ernesto Villamayor, confirmó que existe un alarmante crecimiento del PCC en las cárceles paraguayas y actualmente existen más de 300 personas reclutadas por la organización criminal en el país.
“Estamos superando los 300 con holgura, solo dentro de las cárceles. Afuera de las cárceles hay muchos más”, dijo el funcionario en conversación con radio Cardinal.
Asimismo, justificó este hecho diciendo que muchos internos se someten a los líderes criminales para vivir un poco más cómodos en las cárceles. “El negocio del Primer Comando Capital y también del Comando Vermelho es asentarse en las cárceles, es su zona de comodidad. Allí nacieron y de ahí operan”, declaró.
En el país, el PCC maneja importantes negocios vinculados al tráfico de marihuana, cocaína, cigarrillos y armas, según datos recolectados por el Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (Inecip-Paraguay) y la Universidad Nacional de Pilar (UNP).
El doctor en Criminología Juan Martens, explicó que, si bien existen algunos líderes dentro del PCC, la organización es descentralizada y no hay un liderazgo vertical. Todas las decisiones se debaten en conjunto entre las distintas células de la organización.
“Uno es miembro del partido. La denominación ‘soldado’ es absurda. Ellos no tienen una categoría de soldado, ellos tienen ‘hermanos’. Es otra su forma de relacionarse, esa es otra forma en la que nosotros entendemos mal y luchamos mal contra el PCC ”, agregó el líder de la investigación a Radio 1000 AM.
Según el punto 7 del Estatuto del PCC, los miembros “libres” deben contribuir económicamente con los reclusos bajo la pena de «que sean condenados a la muerte, sin perdón». Además, otros miembros se encargan de los asuntos fuera de Brasil, otros manejan las finanzas y hay personas que hasta una se encargan de proveer asistencia jurídica a los miembros.
Martens indicó que actualmente en Paraguay, el PCC cobra ‘cebola’ en territorio paraguayo. Se trata de una cuota mensual que todos los miembros en libertad deben abonar para el partido.
El Dr. Martens, quien estudió los impactos políticos y sociales del PCC en Paraguay, alertó sobre las falencias que tienen los organismos de seguridad para abordar este problema en el país.
“Es muy importante entender lo que pasa en Brasil para que nosotros aquí podamos entender un poco la dinámica compleja de este grupo (…) es un grupo que realmente merece la pena ser entendido porque representa una amenaza para la seguridad, para la población penitenciara en particular y también para las autoridades”, advirtió el especialista en Radio 1000.
Martens visitó el programa Algo Anda Mal (AAM) este domingo y habló de manera extensa sobre las actividades del PCC en Paraguay.
Afirmó que están instalados en Paraguay para abaratar los costos de la marihuana, ya que con su desembarco ahora controlan la la producción, transporte y venta al mercado de São Paulo.
El grupo criminal también trafica cocaína y en el Brasil tiene un negocio fuerte, como es el robo de vehículos. El tabaco que produce Paraguay también es otro producto que manejan los delincuentes.
Martes habló de algunos datos de la magnitud de las operaciones del PCC: Son 26 años que el grupo opera, tienen 30 mil miembros y da trabajo a 2 millones de personas en el Estado de São Paulo.
Controla el 90% de las cárceles del Estado mencionado con 230 mil presos.
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